Escritor
y activista político noruego.
Economista
con doble nacionalidad greco-austaliana. Político y activo escritor.
El
politólogo noruego Glenn Diesen entrevistó recientemente al
conocido economista Yanis Varoufakis, quien hace un cuestionamiento a
fondo de la Unión Europea, que considera se está convirtiendo en un
apéndice económico de EEUU.
Glenn
Diesen:
Hoy
me complace contar con la presencia de Yanis Varoufakis, economista,
exministro de finanzas Grecia y también un autor sumamente
prolífico. Así que bienvenido al programa, Yanis. Bueno, parece que
hemos llegado al final del camino en cuanto a cómo ha funcionado el
sistema económico internacional durante las últimas décadas. Trump
parece reconocer que Estados Unidos está en una situación difícil
y ha iniciado un esfuerzo para reorganizar la economía mundial a su
favor, lo que incluye una guerra comercial muy disruptiva. tanto
contra adversarios como contra sus aliados. Pero, si nos alejamos un
poco de los detalles del día a día, ¿qué es lo que realmente
estamos presenciando en cuanto a los objetivos de Estados Unidos y
cómo intenta alcanzarlos?
Yanis
Varoufakis:
En realidad el objetivo de Estados Unidos ha sido el mismo desde el
fin de la Segunda Guerra Mundial y probablemente ese objetivo sea
Alemania.
Estados
Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial habiendo heredado
esencialmente el imperio británico después que este quedara en
bancarrota. La doctrina
Truman iba de la mano con el sistema de Breton Woods, así
que en esencia todo giraba torno a mantener la producción de
industria manufacturera estadounidense después de 1945.
Harry S. Truman.
Su
gran temor en aquel momento era que con el fin de la guerra
desapareciera la necesidad producir a más del 100% , Estados Unidos
se enfrentaba a la seria amenaza de volver a 1929, una gran recesión,
una gran depresión. Era el mismo modelo, si se quiere, que el de
China hoy en día. En esa época los dirigentes estadounidenses eran
lo suficientemente inteligentes como para entender que no se pueden
mantener exportaciones netas para siempre, a menos que transfieras
parte de tus excedentes a las regiones deficitarias de su sistema
económico, para mantener la demanda de sus exportaciones netas.
Así
que Europa y Japón se dolarizaron, ya fuera a través del plan
Marshall, o de créditos o préstamos privados o públicos. Es decir,
una gran parte de los excedentes estadounidenses se enviaban a Europa
y Asia para que pudieran mantener las importaciones netas de Estados
Unidos.
Ese
era el sistema
de Breton Woods. Ese sistema estaba destinado a morir en
el momento que Estados Unidos dejase de tener excedentes. Y fue
entonces cuando “el Trump de aquella época”, un caballero que
recordaréis, Richard Nixon, hizo estallar el sistema monetario y
sistema comercial mundial que los estadounidenses habían creado.
Conferencia de Bretton Woods.
Así
que lo está haciendo Trump ya se ha hecho antes. Un presidente
estadounidense ya ha hecho saltar por los aires el sistema financiero
y comercial global diseñado y construido por Estados Unidos. Y ese
es un periodo, desde mediados de los años 70 en adelante, de un
mecanismo global de “reciclaje invertido”.
En
lugar de que los excedentes estadounidenses se reciclaran al resto
del mundo, los déficits estadounidenses proporcionaron una enorme
demanda agregada para financiar su déficit. Para eso era necesaria
alimentar el milagro económico alemán, el milagro económico
japonés y permitir que el milagro económico chino echara raíces y
creciera.
Así
que para decirlo de forma vulgar, esencialmente, la economía
estadounidense generaba demanda agregada para los exportadores
alemanes, japoneses y chinos. A estos se les pagaba con pagarés
llamados dólares que regresaban a Estados Unidos través de Wall
Street para financiar al gobierno estadounidense, a la bolsa
estadounidense y al sector inmobiliario estadounidense. Esa era la
situación y por supuesto ese tsunami de capital que llegaba a Wall
Street requería la desregulación de Wall Street.
Entonces,
los banqueros se volvieron locos. empezaron a construir enormes y
gigantescas pilas de derivados tóxicos y este sistema colapsó en
2008. Todo ese sistema entró en una crisis muy grave, con un sistema
de reciclaje tan extraño… una suerte de “socialismo” para
banqueros. Eso es la flexibilización cuantitativa, la impresión de
dinero para los banqueros y austeridad para casi todos los demás.
Crisis financiera de 2007-2008. En rojo, el incremento de riesgo de crédito.
Con
este sistema se provocó un colapso muy significativo de la inversión
en Estados Unidos y en Europa. Los únicos que realmente invirtieron
gran parte del dinero que estaban imprimiendo los bancos centrales
fueron los grandes propietarios tecnológicos, ya sabes, los Amazon,
los Google, los Meta y así sucesivamente.
Por
eso tenemos una nueva forma de capital. la llamo capital en la nube.
Y en este contexto, mientras Estados Unidos, estaba siendo diezmado
con un proceso de desindustrialización, la clase rentista
estadounidense lo estaba pasando realmente muy bien. Las personas que
vivían de los mercados financieros y del sector inmobiliario
prosperaron enormemente con el reciclaje del dinero y con los
beneficios producidos por el déficit comercial de Estados Unidos.
Pero si eras un trabajador de la construcción o de la manufactura,
un obrero en el medio oeste estaba siendo precarizado. Y entonces
llega Trump y declara: “Esto no puede continuar. Nos hemos pasado y
voy a hacer que América vuelva a ser grande. En otras palabras, voy
a reequilibrar la relación entre el mundo del dólar y la capacidad
manufacturera estadounidense, que llegó a ser totalmente
desproporcionada”. Dicho de otro modo, las finanzas
estadounidenses, el mundo dolarizado, se convirtieron en un parásito
gigantesco que se alimentaba de un organismo diminuto: la manufactura
estadounidense. Ahora bien, esto no significa que Trump vaya a lograr
lo que promete. No significa que porque Nixon tuvo éxito con su
shock, Trump vaya a tener éxito con el suyo.
No
significa que vaya a haber continuidad, porque no es solo cuestión
de lo que haga Trump para este proyecto funcione. La próxima
administración y la siguiente también tendrán que participar.
Nixon no lo hizo solo. Carter, Reagan y luego Bush continuaron esa
política. Así que estamos viviendo tiempos muy interesantes, por
decir lo menos.
Glenn
Diesen:
Bueno, parece que Trump intenta hacer que América vuelva a ser
grande y está haciendo esfuerzos por reindustrializar el país y
reducir su monstruoso déficit de comercio exterior. Me parece que
Trump acertó en parte al tomar el pulso, reconociendo que tal como
están la cosas esta situación es insostenible para EEUU. Pero, ¿qué
significa esto para Europa? Porque desde la Segunda Guerra Mundial
tuvimos una especie de acceso preferencial al mercado estadounidense,
también por motivos políticos disfrutamos de energía barata de los
rusos. ¿Cómo se están reorganizando los europeos o qué están
haciendo en esta guerra comercial que en esencia es construir un
nuevo modelo económico?
Yanis
Varoufakis:
La respuesta es que no mucho. Sea lo que sea que estén haciendo, lo
están haciendo en un estado de pánico y sin ninguna planificación.
El shock de Nixon fue el mundo que engendró el euro, la eurozona.
Porque pensándolo bien, lo que hizo Nixon en 1971 fue expulsar a
Europa de la zona dólar.
En
1971 teníamos tipos de cambio fijos con el dólar. En otras
palabras, éramos parte de la zona dólar, aunque lleváramos
nuestras propias monedas nacionales en los bolsillos. Piénsalo,
durante 20 años no tuvimos que comprobar los tipos de cambio porque
eran los mismos. Los tipos de interés eran, más o menos constantes,
entre un 4 y 5%.
Era
un mundo magníficamente aburrido. Era el mundo en que la maquinaria
manufacturera alemana se volvió sustancialmente exitosa. Pero, lo
que hicieron los estadounidenses en 1971 fue echarnos fuera. Nos
arrojaron a los lobos. El secretario del tesoro John Conell iba por
ahí diciendo: «No me importa cuál sea tu problema, amigo. El dólar
es nuestra moneda, pero es tu problema.»
Y
en un estado de pánico total en los años 70, los europeos empezaron
a intentar crear su propio sistema de Breton Woods, su propio régimen
de tipos de cambio fijos. Esta es razón por la que lo necesitaban
crear la Unión Europea, que se construyó como un cartel de grandes
empresas.
Claro
que el primer nombre fue “Comunidad Europea del carbón y del
acero”, que funcionaba como lo hace la OPEP con el petróleo. Los
europeos lo hicieron con el carbón y acero. Se trataba de limitar la
competencia, tener precios estables, precios acordados, precios de
cartel y luego, por supuesto, incluyeron a los agricultores con el
tratado de Roma, a quienes les ofrecieron una parte de los beneficios
de la industria pesada. Eso es la política agrícola común.
Ahora
bien, para que un cartel funcione se necesita tener una moneda común
o tipos de cambio fijos. Porque si los tipos de cambio fluctúan,
realmente es muy difícil mantener la colusión. Los cárteles son
inestables, están sujetos a fuerzas centrífugas y si permites que
los precios varíen porque los tipos de cambio varían, entonces no
puedes mantener el cártel.
Así
que Europa necesitaba otra construcción con una moneda común.
Entonces entraron en un proceso. Primero fue el llamado sistema
monetario europeo. Después el mecanismo de tipos de cambio. Todo
esto fracasó. Así que decidimos federar nuestro dinero, crear una
moneda común, el euro.
Pero
en el proceso olvidamos crear un tesoro común, olvidamos crear las
instituciones democráticas que puedan gestionar la política
monetaria de una manera mínimamente democrática. Esto, por
supuesto, fue la causa de la crisis del euro.
¿Y
cómo afrontó la Unión Europea la crisis del euro? Mediante una
austeridad dura, increíblemente dura y mucha impresión de dinero,
lo que por supuesto significó que Volkswagen no invirtió nada,
porque si recibes ese dinero gratis y los clientes no tienen dinero
para comprar Volkswagens caros o máquinas tipo Tesla, las
automotrices no invierten en nuevas tecnologías, es muy caro.
La economía alemana se ha ido contrayendo en los últimos años.
Lo
que ha pasado es que las empresas se quedaron con el dinero que
imprime el Banco Central y fueron a la bolsa de Frankfurt y
recobraron sus propias acciones. El precio de las acciones subió y
los directivos de Volkswagen se forraron porque sus salarios están
vinculados al precio de las acciones. Esto significó que durante 15
años no tuvimos inversión.
Mientras
tanto, la política se volvió tóxica porque cuando al aplicar la
austeridad al pueblo alemán, francés, o griego y así
sucesivamente, todos terminaron odiándose entre sí. Si hoy vas a
conversar con los europeos, incluso con los europeos progresistas, y
les dices, «¿Qué tal si nos federamos ahora?» Te responden,
«Largo, simplemente vete, no me hables de esto».
Estas
son personas que hace un tiempo querían una federación europea, así
que la política se ha vuelto tóxica. No hay coordinación, no
tenemos liderazgo. En su momento, como sabes, yo me opuse
abiertamente a alguien como Angela Merkel, ¿verdad? Pero al menos
ella era una líder, al menos tenía capital político.
Ahora
tenemos pollos sin cabeza corriendo por ahí… un tipo como Merz que
ni siquiera logra ser elegido directamente como canciller de
Alemania. Tenemos a Macron, un pato cojo. Cuando yo estaba en el
gobierno griego había un choque muy fuerte entre el norte y el sur.
Ahora tenemos un choque aún peor entre el este y oeste.
¿Por
qué te cuento todo esto? Perdona mi respuesta tan extensa, pero tu
pregunta es, ¿cómo está respondiendo Europa al shock de Trump?
Pues no lo está haciendo, porque para responder necesitas tener un
centro coherente de toma de decisiones políticas y no lo tenemos.
En
cambio tienes a Merz, que quiere un acuerdo de libre comercio con
Trump. Eso es caer directamente en la trampa que Donald Trump está
tendiendo. Tienes a un Macron que no quiere eso. Y para más remate
ni Merz ni Macron tienen poder sobre la Comisión Europea.
De
hecho, Ursula van der Leyen ha creado una pequeña camarilla a su
alrededor. Y ella no tiene legitimidad ni apoyo democrático, pero
está concentrando el poder en sí misma, haciendo cosas realmente
absurdas que no tienen absolutamente ninguna relación con el
verdadero problema que tiene Europa. Nos faltan nada menos que unos
600.000 millones al año en términos de inversión. Tenemos un
déficit de inversión de 600.000 millones al año y nadie habla de
ello.
Y
que hacen, ¿sabes? No tengo mucho pelo, pero el poco que tengo me lo
arranco porque están hablando de rearme. Van a comprar tanques y
torpedos y no sé qué otras ideas idiotas tienen sobre lo que van a
adquirir. Esto no va a generar crecimiento. Hará subir el precio de
las acciones de Rhine Metal y la industria armamentística. Pero no
tendrá ningún efecto macroeconómico para Europa.
Así
que en resumen, la respuesta a tu pregunta es que Europa se está
quedando atrás.
Glenn
Diesen:
Creo que la falta de cohesión política y capacidad decisión es un
problema clave. Y comparto tu pesimismo respecto al keynesianismo
militar, pero un componente fundamental a abordar en el actual shock
de la economía internacional es el cambio industrial, que ahora
muchos denominan la cuarta revolución.
En
particular Europa está quedándose atrás en el sector tecnológico,
especialmente ahora que todo se está digitalizando. Vemos que las
tecnologías digitales se están fusionando cada vez más con las
industrias físicas o las están transformando. ¿Cuáles son los
principales retos para Europa en este sentido? ¿Hay algo en camino o
simplemente se está subordinando a Estados Unidos?
Yanis
Varoufakis:
Están
intentando subordinarse a un líder como Trump que curiosamente no
los quiere como subordinados. Están suplicando: «Déjanos ser tus
esclavos.» Y él responde, «No, no quiero que seáis mis esclavos.»
Así que en realidad es bastante cómico. Mira, nos hemos quedado
atrás en las tecnologías del futuro. La razón de que nos hayamos
quedado atrás en la energía verde, como paneles solares, energía
eólica y fusión, es porque no hemos invertido nada.
Alemania
solía ser el principal productor de paneles solares en el año 2000.
¿Y qué pasó? Dejaron de invertir en ello. Los chinos nos han
adelantado en dos revoluciones industriales, no solo en una. Están
por delante en la fabricación de paneles solares y en los vehículos
eléctricos.
Esa
idiotez de que los chinos están inundando el mercado con productos
baratos por las subvenciones del gobierno chino es una completa
tontería. Simplemente nosotros no tenemos la tecnología de los
chinos. ¿Por qué? Porque no se ha invertido. Nosotros hemos pasado
los últimos 20 años sin invertir y al final todo esto pasa factura.
Cuando
te pierdes 20 años de inversión en plena revolución tecnológica
te quedfas fuera. Y lo que han hecho en lugar de invertir es una
tontería. En su inmensa necedad pensaron que somos una economía de
500 millones personas y debido a nuestro peso, nuestra magnitud,
nuestro tamaño, vamos a regular, vamos imponer nuestros propios
estándares al resto del mundo.
Bueno,
ya sabes, esa política no funciona durante mucho tiempo. Si no
tienes ningún capital en la nube, entonces en algún momento el
capital va a superar tus propias regulaciones. La última tontería
son los comentarios en Bruselas: si Trump impone aranceles terribles
a nuestros productos, a nuestros coches, al aluminio, a nuestros
bolsos Hermes y Louis Vuitton, entonces vamos a imponer impuestos
digitales a las grandes tecnológicas de Silicon Valley.
Bueno,
por cierto, estoy totalmente a favor de los impuestos a las grandes
tecnológicas. Lo llamo el impuesto a la nube. He defendido esa idea.
Pero, ¿sabes qué? Ni siquiera harán eso porque son unos
charlatanes y no lo harán porque a diferencia de los chinos que han
desarrollado sus propias grandes empresas tecnológicas, por cada
gran empresa tecnológica estadounidense hay un equivalente en China
que en realidad es mejor que la estadounidense en cuanto a
funcionalidad. Baidu, Tencent, Alibaba y otras, si los comparas,
técnicamente son mejores.
Las
empresas tecnológicas chinas son realmente mejores que las
estadounidenses. Nosotros no tenemos nada en Europa. Y lo que hacemos
es vender nuestras empresas tecnológicas. Bolt fue vendido al
Silicon Valley, así que no tengo ninguna duda de que si Bruselas
intenta tomar represalias contra los aranceles estadounidenses con un
impuesto a la nube para las grandes tecnológicas estas chantajearán
a Europa simplemente diciendo: «Cortaremos todos los servicios para
vosotros, los europeos.»
Y
entonces, ¿qué dirá Ursula van der Leyen a los europeos? Porque
los europeos no tendrán acceso a YouTube, no tendrán acceso a X.
¿Sabes? Los estadounidenses pueden hacer esto fácilmente. Solo
haría falta una semana sin acceso a YouTube para que toda la
comisión europea se viniera abajo.
Así
que todas estas son amenazas no creíbles en nuestro lenguaje
económico. Lo que normalmente se haría para superar estos desafíos,
es decir, la dependencia excesiva de un solo actor extranjero, sería
buscar una mayor autonomía estratégica, también la soberanía
tecnológica, además de diversificar las alianzas externas, pero
parece que los europeos se están aislando de otros centros clave,
siendo China uno de los más importantes.
Glenn
Diesen:
Me alegro de que menciones a China porque ellos están desarrollando
su autonomía estratégica. están diversificando sus alianzas
exteriores. Pero en esta guerra económica los dos actores
principales parecen ser, obviamente, Estados Unidos y China, ¿quién
tiene las cartas ganadoras? ¿Cómo crees que se va a desarrollar
esta guerra económica? ¿Por qué los chinos no están respondiendo
de forma más contundente? ¿Cómo interpretas la situación?
Yanis
Varoufakis:
Los
chinos son los adultos en la sala. Son los que están respondiendo de
una manera muy conservadora, racional y sensata. Y tienen un plan.
Los europeos no tienen un plan. El plan que principalmente nos falta
es un plan macroeconómico y de inversión. Eso es lo único que no
tenemos. Tenemos todo tipo de otros planes y regulaciones, pero lo
que realmente necesitamos no lo tenemos y ni siquiera estamos
trabajando para conseguirlo.
Así
que permítanme decir que hay tres cosas que deberían haberse hecho
ayer, pero al menos hagámoslas hoy. No creo que se hagan, pero
déjenme decirles cuáles son. En primer lugar, no hagan nada
respecto a Trump. No vayan verle. No respondas con represalias ni
vayas mendigando un acuerdo comercial, simplemente ignóralo.
En
su lugar, abre una línea de comunicación con Pekín. No estoy
diciendo que debamos convertirnos en vasallos de Pekín de la misma
manera que fuimos vasallos de Estados Unidos. No, pero sí coordinar.
En primer lugar, elimina todos los aranceles que la Unión Europea
impuso a China instancias de Estados Unidos.
Esos
aranceles sobre los paneles solares, por ejemplo, nos los impuso
EEUU. Washington llamó a Bruselas y dijo: «Poned aranceles a los
paneles solares porque estamos en guerra con los chinos.» Bueno, ya
sabes, ahora los estadounidenses están en una guerra económica con
nosotros. ¿Por qué deberíamos estar en guerra con los chinos?
¿Solo porque estadounidenses lo están?
Necesitamos
paneles solares. Ellos fabrican paneles solares de muy buena calidad
y a un precio muy bajo, Así que compremos esos paneles sin hacer que
nuestra gente en Europa tenga que pagar precios desorbitados por algo
que necesitamos. ¿De acuerdo? Primer punto, eliminar los aranceles
que Europa impuso en nombre de Estados Unidos.
En
segundo lugar, coordinar entre el Banco Central Europeo y el Banco de
China un programa de estímulo común, porque tanto China como la
Unión Europea necesitan un estímulo coordinado para hacer frente a
las olas recesivas que se avecinan como resultado del impacto de los
aranceles de Trump sobre el comercio mundial.
En
tercer lugar, buscar formas de colaborar en la producción conjunta.
Ya lo hemos hecho antes. Fueron Siemens y Alst quienes fueron a China
y les ayudaron a construir ferrocarriles que ahora son mucho mejores
que los nuestros. ¿Por qué no hacemos lo mismo? ¿Por qué no hay
empresas conjuntas entre Volkswagen y BYD para producir coches
eléctricos en Alemania, por ejemplo? Así que eso es lo primero que
haría.
Lo
segundo que haría sería poner en marcha un programa de inversión
que cubra el déficit de inversión que mencioné antes… de unos
600 ó 700.000 millones cada año. Y la forma de hacerlo no es a
través de un fondo de recuperación como el que creamos durante la
pandemia, eso es absurdo. Fue una idea terrible porque esencialmente
lo que hizo fue gravar a los trabajadores alemanes pobres para dar
dinero a los oligarcas en Italia y otros países.
Eso
fue como decirle al pueblo alemán y al pueblo holandés: «Nunca más
ayudemos a los griegos y a los italianos». Lo que realmente
necesitamos es un programa de inversión paneuropeo que no financie
gobiernos, sino proyectos concretos que sean potencialmente
rentables, estén donde estén, en el sur de Europa, o en el norte de
Europa.
Y
sabemos que necesitamos unos 600 a 700.000 millones para eso. Ahora
no hay tiempo para tener esta discusión sobre los eurobonos y un
tesoro federal, porque como dije antes, esa discusión se envenenó
hace mucho tiempo, pero tenemos el Banco Europeo de Inversiones que
emite bonos. Bueno, denles luz verde para emitir bonos por valor de
600.000 millones de euros cada año durante los próximos 5 años y
el Banco Central Europeo debería declarar que si es necesario
intervendrá en los mercados secundarios para comprarlos.
Esto
significa que los bonos que propongo tendrán tipos de interés
inferiores al 2%, quizá incluso menos del 1%, porque serán muy
seguros si cuentan con el respaldo del BCE. y coges esos 600, ó
700-000 millones y los inviertes en las tecnologías que tanto nos
faltan y lo haces a nivel paneuropeo.
Ni
siquiera lo haces a través de los gobiernos. Lo haces mediante un
programa europeo de inversión como el plan Marshall. que fue un
programa estadounidense de inversión. Así que eso es lo segundo que
haría.
Y
lo tercero sería crear una cartera digital en el BCE para que cada
ciudadano europeo pueda descargarlo desde la tienda de Android o
Apple, igual que pueden hacerlo los chinos, porque el Banco Central
de China ha proporcionado a los ciudadanos chinos una cuenta bancaria
digital gratuita.
Lo
que obtienes es que cualquier dinero que tengas en esa cartera genera
el tipo de interés overnight del Banco Central, lo cual es una forma
fantástica de competir con China. Los bancos comerciales son
terribles, pagan poco a los ahorradores y cobran de más a los
prestatarios y entonces de repente tienes este nuevo y asombroso
ámbito digital de pagos gratuitos, transfronterizos como el de los
chinos
Así
es como compites con el WCAT chino, con la moneda digital china. Así
es como obligas a los banqueros. Básicamente les dices que ya no
tienen el monopolio del sistema de pagos. Si quieres ofrecer buenos
servicios a los clientes, hazlo.
Glenn
Diesen:
Antes de terminar, solo una última pregunta, muy rápida. Entonces,
¿por qué no hacemos realmente estas cosas? Sé que antes llamaste a
Europa el continente estúpido, pero es por falta de conocimiento e
ideología. ¿Cómo lo entiendes tú?
Yanis
Varoufakis:
Es una combinación de ideología y conveniencia. Tomemos, por
ejemplo, el sistema de pagos digitales que mencioné. Los bancos de
Frankfort y los bancos de París van a decapitar a cualquier político
que sugiera esto porque esencialmente les estás quitando su
monopolio sobre el sistema de pagos. Cuando lo propuse en 2015, no
solo fui demonizado, sino que fui decapitado discursivamente.
Publicaron
todo tipo de tonterías patrocinadas por banqueros que quieren
anularme como entidad, porque para ellos es mucho dinero. En cuanto a
la organización y creación de este programa de inversión mi
opinión al respecto es que el establishment financiero e industrial
alemán aún no ha aceptado el euro.
Tenemos
el euro desde 1992 ¿verdad? Pero realmente los alemanes no lo han
aceptado. Lo han aceptado formalmente, pero quieren mantener su
derecho y oportunidad de salir del euro. Ese es el establishment
alemán. Nos han permitido usar su marco alemán en forma de euro,
pero quieren poder desconectarse y salir, lo que significa que no
quieren tener deuda común.
Cuando
dicen no a la deuda común esto significa que la Unión Europea no
puede tener un programa común de inversiones. Esto es el derecho de
Alemania a salir de Europa y no es una idea irracional por su parte,
porque es la manera de tener la máxima influencia dentro de Europa.
Esta estrategia de salida no la tienen los italianos ni los
franceses, porque son países deficitarios.
Un
ejemplo es California que no puede salir de la unión del dólar,
porque si sale de dólar es imposible saber qué parte de la deuda
soberana estadounidense corresponde a California. Así que eso es lo
que pasa si estas atado a una deuda común.
Este
es mi análisis sobre porqué no están haciendo nada, aunque en el
fondo saben lo que hay que hacer. Con la actual política Europa se
esta suicidando.
Glenn
Diesen:
Tu análisis ha sido muy interesante, gracias, Yanis Varoufakis.
Fuente:
EL VIEJO TOPO