domingo, 12 de octubre de 2025

Aquella brisa de los veranos de antes (18 de 20)

 

 Por  Pedro Costa Morata
      Ingeniero, periodista y politólogo. Ha sido profesor en la Universidad Politécnica de Madrid. Premio Nacional de Medio Ambiente.

De la salud de los murcianos: mala para la gente, buena para las empresas


         Pensaba yo ir liquidando esta serie de “brisas” con una amable alusión, de enfoque anecdótico, a las ocurrencias y chascarrillos con que me encuentro cada día en la prensa y el discurrir de esta hermosa tierra murciana, pero no ha habido manera. Porque me he encontrado, en cuestión de días, quizás horas, con informaciones y datos que insisten en que nuestra región está enferma y sin síntomas de mejora alguna, ya que vive una extensión desmesurada de afecciones y sufrimientos. Tres diagnósticos de salud inquietante, dos malas y una “buena”, quiero poner de relieve, empezando por el estado político, siguiendo con el psíquico y acabando en el económico.

La encuesta sobre intención de voto de los murcianicos recientemente dada a conocer es como para sacar de quicio a quienes -minoría decreciente, según debe deducirse de ese mismo sondeo- se empeñan en sacar a la Región del subdesarrollo cultural y político. Porque resulta que según avanza el tiempo la situación es cada vez más regresiva, sufriendo sobre todo de una incultura estructural y persistente que, dejándose sentir especialmente en el terreno político, impide desarrollar en la ciudadanía criterios maduros y profesar una vida pública, con sus eventos electorales, de lustre y esperanza. Y hemos tenido que embucharnos lo de que “Vox sobrepasa al PSOE y se convierte en la segunda fuerza política regional”, ni más ni menos, como si esto ya estuviera inscrito en nuestro destino y hubiera de ser ineluctable el triunfo de la caspa y la caverna. El PP se deja comer por el Vox, que le quita tres escaños, pero los ultras ganan cuatro, por lo que muerden también en el -raro, enrarecido y rarificado- espacio socialista, que pierde uno.


Antelo, líder de Vox, en Torre Pacheco (La Sexta).

Lo de que el primer problema que preocupa a los encuestados son los políticos es culpa de los políticos, sin duda alguna, pero lo de que la inmigración es la segunda preocupación pertenece directamente a la ignorancia rancia de ese alto porcentaje del personal evaluado que se deja llevar por el discurso necio y racista de populares y voxistas; y en ese porcentaje destaca el cerrilismo de buena parte de nuestros jóvenes: los menores de 28 años se decantan por Vox en un 21,7 por 100, así que estamos apañaos.

Mi primer comentario es que esta tierra nuestra, desoladora en numerosos aspectos de casi imposible arreglo, los preocupados debemos transitarla entre una y otra desolación, sin asustarnos demasiado, ni siquiera lamentarnos: solo enfurecernos y afilar el hacha del combate diario. La segunda nota es que, inevitablemente, hay que analizar el hecho y localizar responsabilidades, que eso también sabemos hacerlo los pertenecientes a la tribu desolada. Y no nos cansemos de decir que es la incultura general reinante, que procede tanto de una tradición de conformismo e ignorancia como de una institución educativa que hace agua por cada vez más vías. Hace tiempo que me dio por pensar, afrontando la realidad murciana y en particular el papel de los niveles de la enseñanza superior (a los que se les atribuye ascendiente e impacto en la marcha de los asuntos de la Región), que según hemos ido aumentando en universidades, Murcia ha ido entrando en más y más oscuridades socioelectorales… La UPCT, por ser ingenieril, ergo generadora de indiferencia cultural cuando no de hostilidad, y por estar siempre dominada por algún estamento -las minas, la agricultura- no aporta genio (positivo) cultural o político, y cada día que pasa se compromete más y más, por ejemplo, con las canalladas de la agricultura y la ganadería intensivas. Y la UCAM, un negocio que pretende ser evangélico (no tienen morro ni na) pero que se engancha a fuerzas reaccionarias y tóxicas sin dudarlo en absoluto, lo envilece todo a base principalmente de su avidez en el control político de la Murcia retrógrada, con un PP sometido pero beneficiario (tengo que ver cómo está Vox en esto, que supongo que irá ganando puntos en esa universidad farsante y embaucadora).


Mendoza, presidente de la UCAM, con Netanyahu, líder del Estado genocida de Israel (Europa Press).

Del anecdotario que siempre acompaña a los pronunciamientos de nuestros líderes políticos, debo destacar las reacciones de varios de ellos a la encuesta sobre el ascenso de Vox (La Verdad, 2 de octubre). Así, Joaquín Segado, de los populares esquilados, se salía por la tangente y se jactaba de que “el PP sigue siendo el partido más votado y suma más escaños que toda la izquierda junta” (¡ele!), no sin dejar de cumplir con la consigna: “Pedro Sánchez es el verdadero responsable… etc.”; la socialista Carmina Fernández apelaba a que “el PSRM continuará centrado en construir un proyecto en el que prime el diálogo y la centralidad” (¿no hay demasiado de “centro” en ese discurso?); María Marín de Podemos, disparaba a López Miras, según su propio plan, considerándolo “el primer responsable del crecimiento de Vox por comprar todos sus marcos y sus propuestas”; y Rubén Alpañez, de los ganadores, lanzaba su dardo de asalto, propio de todos los fascismos en auge: “Los políticos no resuelven los problemas de los ciudadanos, por lo que necesitamos un cambio de rumbo” (¡atención!).

El segundo serio problema de salud murciana (sin meterme con la salud pública como sistema decadente) es el de las afecciones psíquicas, que era lo que nos faltaba. Un estudio del Consejo Económico y Social acaba de evaluar en un 23,4 por 100 el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que dicen haber sufrido algún problema de salud mental, proporción que sube al 27,2 para la fracción de entre 24 y 30 años. Y dos días después se daba a conocer que, según un estudio de dos instituciones de estudios socioeconómicos, las incapacidades laborales temporales por factores mentales/emocionales han aumentado en la Región un 79 por 100 entre los años 2018 y 2023, adelantando a las causas traumatológicas en este tipo de bajas profesionales. Pero mientras el sindicato UGT destaca como causa la presión sufrida a nivel laboral, así como las dificultades para la conciliación familiar, los empresarios de la CROEM lamentan la pérdida de productividad que esto conlleva por las horas perdidas y piden a las mutuas que se interesen más por este problema (ya que ellos no tienen nada que ver con esto, deberán pensar). Por cierto, que casi el 44 por 100 de los jóvenes encuestados dicen preferir ser empresarios, mejor que funcionarios o asalariados, lo que da idea de no sé muy bien qué tipo de pájaros, ilusiones o espejismos bullen en esas cabecicas.

       Coincidiendo con estas noticias, la prensa destacaba (La Verdad, 9 de octubre) el anuncio del presidente López Miras de que el hospital de La Arrixaca abrirá una nueva planta para atender los problemas de salud ¡de los menores de 16 años!, y se informaba también de que el hospital Morales Meseguer ampliará las camas y los profesionales destinados a tratar estas enfermedades. Leyendo esto, este cronista no sabe si enfurecerse o echarse a llorar.

          No decae, sin embargo, la salud de nuestros empresarios y empresas, que ya no hacen demasiados esfuerzos por ocultar lo bien que les va con un Gobierno regional siempre a sus órdenes y suministrador permanente y obsequioso de subvenciones, ventajas y garantías.

        En especial, se congratulan de que esa obsequiosidad prolongue y repita la desregulación normativa, que ellos y el Gobierno regional llaman “simplificación administrativa”, y que a punto están de obtener la cuarta ley regional de ese cariz pero que, por ejemplo, en lo que se refiere al medio ambiente, consiste en asalto y ensañamiento ecológicos. Que sepan, pese a su entusiasmo, que no les resultará fácil ni a unos ni a otros.

       Siguen fluyendo desde las arcas públicas a estos trajinantes de la economía regional generosas subvenciones que muestran generalmente un objetivo tan descarado como contradictorio, que es el de -resumiendo- “innovar tecnológicamente y crear empleo”, lo que, siguiendo la obsesión de la productividad supone, ni más ni menos, que echar gente a la calle. Atroz, pero certero, me ha parecido la frase de Manuel Laínez, director de la Fundación Cajamar: “El desafío de la mano de obra para el campo será superado por la tecnología”, en una entrevista generosamente dotada por La Verdad del 30 de septiembre, lo que, a más de mostrar una obsesión (“desafío”, dice el tipo) por eliminar empleo también en el campo (y pese a los salarios de miseria), deja bien claro de qué va toda esa carrera por la innovación y la productividad. Pero no menos reincidente ha sido lo que pudo oírse en una Jornada empresarial Región de Murcia-Comunidad Valenciana, organizada por ese mismo diario, de la que reproduzco las más repetitivas alusiones, siempre en el mismo sentido del ventajeo y el chantaje administrativo: “excesivas normas”, “legislación inabarcable”, “reto regulatorio”, “vertebración de normas ágiles”, eufemismos todos ellos que significan y persiguen lo mismo: desarme normativo de las administraciones y barra libre para el negocio empresarial.

También recientemente ha vuelto a ser noticia el aeropuerto de Corvera, no solo por su enquistada penuria de tráfico y de pasajeros, que era lo que tantos dábamos por seguro, sino por el cabreo que han agarrado políticos y empresarios (más ciertos periodistas, como Buitrago y Ruiz Vivo, copartícipes a título de voceros y propagandistas de San Esteban en este y otros disparates) clamando contra el Ministerio de Fomento por olvidarse del aeroengendro surgido del prolífico megalómano Valcárcel, en un plan de inversiones de los aeropuertos españoles que, lógicamente, deja fuera al de Corvera por ser privado. Continúan, mientras tanto, los contenciosos entre el Gobierno regional y la primera concesionaria del aeropuerto, liderada por SACYR y el intrépido Luis del Rivero, otro ilustre producto, fracción ultra, de la cosecha de grandes benefactores de la tierra murciana, y tan rico en millones como en escándalos empresariales; esa empresa le acaba de sacar 160 millones de euros a la Comunidad Autónoma de resultas de una sentencia judicial sobre inversiones realizadas antes de perder la concesión.


Aeropuerto de Corvera (murciaplaza).

No obstante las deficiencias de esta tierra -que aquí he querido destacar solo en cuanto a salud de tres ámbitos distintos-, cada día aparece algún iluminado, en realidad ignorante, que destaca el “carácter pionero” de cualquier chorrada surgida de su fatua imaginación y que los medios tradicionales, habitualmente crédulos, ventean con jolgorio y atribuyen, automáticamente, a la grandeza y el ingenio atesorados por esta Región pasmosa y privilegiada.


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