viernes, 7 de junio de 2024

Cómo Israel armó una campaña de influencia contra una agencia de la ONU y legisladores estadounidenses

 



                                    

                                                     Articulo publicado originalmente                                                   en Diario Red.


     “Mientras escribo esto, nuestra agencia ha verificado que al menos 192 empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) han sido asesinados en Gaza. Más de 170 locales de la organización han resultado dañados o destruidos. Las escuelas administradas por la UNRWA han sido demolidas. Unas 450 personas desplazadas han muerto mientras se encontraban refugiadas en escuelas y otras estructuras de la UNRWA”, afirmó el 30 de mayo, Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA en una columna publicada en el New York Times.


     La información, por supuesto, no pasó desapercibida porque se inscribe en el contexto de criminalización de la organización por parte del Estado de Israel. La Knéset, el parlamento israelí, analiza un proyecto para declarar a la UNRWA como una “organización terrorista y la Agencia de Tierras del país ha dado la orden de que la agencia de la ONU desaloje uno de sus complejos en Jerusalén del Este por operar “en territorio israelí sin su consentimiento”. Un segundo proyecto del parlamento israelí plantea una posterior prohibición de la agencia y el fin de la inmunidad para todos sus trabajadores y los establecimientos de la organización.


     “Al calificar a la agencia de la ONU, creada para ayudar a los refugiados palestinos, como una entidad terrorista, las autoridades israelíes perpetúan una narrativa que vilipendia y margina a toda una población y a quienes les brindan asistencia. Esto se produce tras meses de intimidación contra la UNRWA, incluido un ataque a sus oficinas en Jerusalén. Es la culminación de la obstrucción continua y sistemática de la ayuda humanitaria vital, incluso hacia la Franja, asfixiando efectivamente a Gaza”, exclamó Christopher Lockyear, secretario general del Médicos Sin Fronteras, organización humanitaria hermana de UNRWA.  


     Este acoso y derribo contra la agencia se enmarca en una agresiva campaña organizada por el gobierno israelí en redes sociales y medios de comunicación globales. Campaña que fue encargada a la empresa israelí Stoic, cuyas cuentas fueron sacadas en línea por Meta y OpenAI por organizar estrategias de posicionamientos de matrices de opiniones enfocadas en generar noticias falsas sobre UNRWA y la invasión israelí a Gaza.


De un reportaje en Wall Street Journal a la estigmatización de la UNRWA


     El mismo 26 de enero que la Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel prevenir “cualquier acto genocida en Gaza”, el gobierno de Benjamín Netanyahu entregó un informe de inteligencia a varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos y sus aliados europeos, donde se acusaba a varios empleados de la UNRWA de haber estado involucrados en los ataques a civiles organizados por Hamas el 7 de octubre. De inmediato, gran parte del financiamiento de la UNRWA fue bloqueado por estos países.

     

     En paralelo, Wall Street Journal publicó un artículo con extractos de ese informe de inteligencia escrito por David Luhnow y Carrie Keller-Lynn, una exsoldado de las Fuerzas de Defensa de Israel, quien en una entrevista afirmó ser cercana a  Aliza Landes, antigua integrante de la oficina del portavoz militar israelí que ayudó a impulsar la presencia del departamento en las redes sociales. Keller-Lynn, de inmediato, borró las fotos en línea que la mostraban con uniforme verdeolivo durante su servicio militar. Pese a la revelación, ninguna de las acusaciones del informe contra UNRWA fueron comprobados: cinco de los 19 casos fueron cerrados y 14 siguen bajo investigación de La Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU. Algunos donantes han reestablecido sus donaciones, entre ellos, la Unión Europea.


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     Pero esta mentira, o media verdad, como se la quiera llamar, fue de inmediato replicada por un número importante de cuentas a nivel internacional con especial foco en el público estadounidense y canadiense, según algunos informes. Marc Owen Jones, profesor  de Estudios de Oriente Medio en la Universidad Hamad bin Khalifa, fue el primero en hallar en febrero cientos cuentas falsas en Facebook, Instagram y X dirigidas a “generar desinformación contra la UNRWA y socavar la solidaridad entre afroestadounidenses y palestinos”.


     Una de las principales informaciones difundidas por esta red fue que el 10% del personal de la UNRWA estaba relacionado con Hamas, una matriz difundida por el informe reportada por Wall Street Journal. “La redacción de los tweets era muy similar. Todos ellos aceptaron acríticamente la cifra del 10% de empleados de la UNRWA "vinculados" con Hamás”, escribió Owen Jones en un extenso informe sobre la red. Entre sus hallazgos, pudo verificar que la mayoría de las cuentas habían sido creadas el 23 de septiembre y que un gran número utilizaba imágenes de perfil falsas o de personas fallecidas.


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     “La promoción del artículo del WSJ fue diseñada para promover una narrativa específica que exageraba la afirmación no probada de que había terroristas en la UNRWA, una narrativa en sí misma impulsada por Israel. La idea era intentar socavar a la UNRWA, fomentar el desfinanciamiento y, en última instancia, tratar de eliminar una organización independiente que mantiene una existencia palestina que no depende enteramente de la ocupación”, sostuvo Owen Jones al ser consultado por Diario Red. 


     Las cuentas replicaban capturas de tres medios de comunicación en línea: Unfold Magazine', 'The Moral Alliance' y Non Agenda. “Unfold Magazine es aparentemente una "fuente principal de noticias e historias de  Israel. Non-agenda es aparentemente un medio "no partidista, no binario e inconformista”. Una búsqueda inversa de IP muestra que Unfold Magazine y Non-Agenda están vinculados. Ambos están alojados en el mismo servidor web y ambos se crearon en noviembre de 2023”, según Owen Jones. Estos medios con claridad estaban alineados con historias sobre Hamas y Palestina con claro apoyo falso (astrosurfing) de esta red de cuentas. Unfold, el más seguido de ellos, también compartió informes sobre el “nuevo Eje del Mal” compuesto por Irán, Rusia, China y Hamas.


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     Una de las narrativas impulsadas por esta red apuntaba a enfrentar a los afroestadounidense con los palestinos. “El pueblo judío apoyó a la comunidad negra y apoyó su lucha por la igualdad, ahora necesitan apoyarnos contra aquellos que quieren destruirnos", tuiteó una usuaria de la red llamada Lisa Akerman. Para Owen Jones: “el objetivo era quitarle el apoyo minoritario al movimiento pro palestino, fracturando la izquierda democrática donde Israel estaba perdiendo terreno en términos de apoyo”. La organización israelí Fake Reporter profundizó esta investigación de Owen Jones y encontró que la red se centró también en “las políticas en universidades estadounidenses hacia Israel y los estudiantes judíos destacando las preocupaciones sobre su seguridad en los campus”, justo en un momento donde el Senado realizaba audiencias con los rectores de varias universidades sobre ese tema.


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     También que la red se concentró en difundir informes falsos sobre Unrwa, después de la publicación del WSJ, en las respuestas de legisladores republicanos y demócratas estadunidenses. “Alrededor del 85 por ciento de todos los políticos estadounidenses cuyas cuentas fueron atacadas con ese contenido eran demócratas, y el 90 por ciento de ellos eran afroamericanos. El legislador estadounidense más atacado fue Ritchie Torres , un congresista demócrata del Bronx considerado uno de los miembros más proisraelíes del partido”.  Como es obvio, la campaña buscó generar influencia y presión sobre los legisladores pro israelíes y pro palestinos en el contexto de discusión de un proyecto de ley para dejar sin fondos a la UNRWA.


De la empresa de marketing digital Stoic al Ministerio de la “Diáspora de Israel”


     La autoría de la campaña era desconocida hasta que Meta y OpenAi sacaron dos informes donde informaron que habían sacado, de línea, una red dirigida a generar desinformación usando granjas de bots y cuentas creadas con imágenes de inteligencia artificial. La empresa señalada era Stoic, una agencia de marketing israelí creada en 2017 por Ido Stosse, antiguo militante del partido Laborista de Israel, fundador del movimiento "Liderazgo local - Cambiando la ecuación” que en 2018 presentó candidatos municipales y exasesor de la legisladora Stav Shaffir del Movimiento Verde de Israel. Maria Marashova, confundadora de Stoic, es descripta en el sitio de la compañía como “experta en modelos predictivos y Big Data con roles importantes en siete campañas políticas en tres países, entre las que se incluye las de Likud, el partido de Benjamín Netanyahu”.  


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     Otro de los empleados es Igal Nevo, vicepresidente de desarrollo comercial y ventas de Stoic, quien fue asistente parlamentario del diputado Robert Ilatov del partido Yisrael Beiteinu, liderado por el ultraderechista Avigdor Liberman, antiguo ministro de Defensa y Ministro de Relaciones Exteriores de Netanyahu. El dirigente, ahora enfrentado con el primer ministro israelí, es conocido por sus declaraciones racistas y xenófobas. "Tendríamos que decapitar a los árabes de Israel infieles a la patria”, dijo en 2015 en el apogeo de su carrera política.


     La empresa israelí implicada  está acusada de participar en otras campañas en el extranjero propagando información falsa En su informe, OpenAI, a cargo de ChatGPT, señala que Stoic utilizó sus modelos de inteligencia artificial para crear imágenes falsas, aumentar su producción de contenido y generar compromiso  con el objetivo de influir en varios países. “Creaban personajes ficticios y biografías para redes sociales en ciertas variables como la edad, el género”. La actividad de la empresa incluyó contenidos en inglés y hebreo dirigidos a audiencias de Canadá, Estados Unidos e Israel, y desde principios de mayo también a la India. Además, estaba preparado para lanzar una campaña de influencia enfocada a los usuarios de Ghana. Para OpenAI, Stoic era un “matón a sueldo”.


     “Una campaña en Canadá criticó a los "islamistas extremistas", una campaña en Estados Unidos acusó a manifestantes pro palestinos en las universidades de promover el antisemitismo y el terrorismo; otra campaña criticó a la UNRWA; una cuarta campaña se centró en Qatar y presentó sus inversiones en Estados Unidos como una amenaza al estilo de vida estadounidense; un quinto creó publicaciones en hebreo para las redes sociales que elogiaban a la Histadrut y su liderazgo; y la campaña en India criticó al partido gobernante BJP de Narendra Modi y elogió al opositor Partido del Congreso”, afirma una reseña del portal Calcalis Tech.


     El nombre de Histadrut llamó la atención porque es la Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel, creada en 1920 durante el Mandato Británico en Palestina para favorecer la inmigración de judíos. Previo a la creación del Estado de Israel, el trabajo de Histadrut se concentró en favorecer la contratación de trabajadores judíos y boicotear a los árabes y sus productos para que hubiese una separación clara en dos economías, una judía sionista y una árabe palestina, según el sociólogo Ferran Izquierdo BrichsHisdratut, por ende, es una federación emblemática del movimiento sionista.  Otra cuestión que también levantó suspicacias es que durante la campaña contra UNRWA, la empresa israelí Stoic publicó en Linkedin los resultados de una campaña contra el “antisemitismo” pagada por “una organización judía europea”, que contenía palabras bastantes similares a la desactivada por Meta y OpenAI. “Al utilizar nuestro sistema, la organización obtuvo información crítica sobre el sentimiento antisemita en toda Europa, lo que les permitió responder con precisión y reducir el discurso de odio antes de que ganara terreno”, reportó la empresa.


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     El anuncio coincidió con un reportaje del diario israelí Haaretz, publicado el 16 de enero, sobre la adquisición del gobierno israelí de un “sistema de influencia en línea para contrarrestar el antisemitismo y la negación de las atrocidades de Hamas”.  Según el diario: “pocas semanas después de iniciada la guerra, Israel creó un "foro” compuesto por agencias gubernamentales, oficinas y ministerios, así como organismos militares, de defensa y de inteligencia, incluidas las FDI, el servicio de seguridad Shin Bet y el Consejo de Seguridad Nacional, junto con empresas de tecnología, iniciativas de voluntarios civiles e incluso organizaciones judías”. Bajo este formato, el gobierno israelí compró una “serie de herramientas y programas civiles desarrollados para campañas empresariales y políticas: un sistema para mapear audiencias en línea; un sistema capaz de crear automáticamente sitios web, entre otras cosas, así como contenidos adaptados a públicos específicos; un sistema de seguimiento de redes sociales y plataformas de mensajería, entre otros”. Todas a tono con las campañas impulsadas por Stoic.


     Lo que sucedió fue que funcionarios israelíes organizaron reuniones con empresas tecnológicas, después del ataque del 7 de octubre, para que se convirtieran en “soldados digitales”, según The New York Times. Como parte de estos esfuerzos, el Ministerio de la Diáspora pagó dos millones de dólares a Stoic para que dirigiera la campaña de influencia apuntada contra UNRWA, legisladores demócratas y republicanos y la población afroestadounidenses. “Es posible que se hayan contratado otras empresas para realizar campañas adicionales”, dijo un funcionario israelí a The New York Times. 


     La desprolijidad de toda campaña de influencia, de alguna manera, muestra la desesperación de Israel por revertir su mala reputación en el mundo.



Las láminas sobre el alcance de la campaña pertenecen a los informes presentados por la organización Fake Reporter.


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