miércoles, 9 de octubre de 2024

Un año después, ¿qué sabemos del 7 de octubre?

 

¿Israel conocía el plan de Hamas?

¿Es responsable de parte de las muertes de sus ciudadanos?


Periodista especializado en asuntos internacionales.


   La niebla de la guerra, muchas veces, no permite conocer la verdad sobre los sucesos. Desde el 7 de octubre, todo ha sido vertiginoso, frenético, a un ritmo que hace difícil diferenciar los hechos unos del otro.

    Las guerras, como los hechos disruptivos, parecen un conjunto de momentos que se suceden tan rápido que forman parte de una extraña cotidianidad. Algunas cosas quedan tan atrás, que en la era de la inmediatez no se revisan porque ya han sido tapadas por algún otro evento.

    El ataque militar de Hamas, por eso, quedó atrapado debajo de una larga y empinada montaña de ropa noticiosa por lavar. ¿Qué sucedió aquel día? ¿Hubo actos terroristas, bebes asesinados? ¿Un atentado de falsa bandera permitido por los israelíes para lanzar una sangrienta ofensiva en Gaza?

    Si bien el derecho internacional justifica el derecho a levantarse en armas contra una fuerza de ocupación, como la israelí, también establece como crímenes de guerra el asesinato y secuestro de civiles. Por lo que realidad es mucho más compleja que una competencia de hinchadas.

¿Qué sabían las fuerzas israelíes?

    Más de un año antes, las fuerzas israelíes analizaron un documento de 40 páginas de Hamas que hablaba de una operación denominada “Muro de Jericó” para irrumpir a través de Gaza. El documento “describía un asalto metódico diseñado para arrasar las fortificaciones alrededor de la Franja de Gaza, tomar ciudades israelíes y asaltar bases militares clave, incluida una división”, según The New York Times.




    La revelación fue descartada por los altos mandos por considerarla poco realista. Esto se basó en la “inexacta creencia de que Hamás carecía de capacidad para atacar y no se atrevería a hacerlo”. Para el gobierno israelí, la organización estaba enfocada en negociar permisos de trabajo en Israel para los palestinos de Gaza y en acceder a fondos para administrar el territorio. Desde 2021, además, Hamas había colaborado con Israel en el desarme de los puntos de lanzamiento de cohetes de otras organizaciones como la Yihad Islámica. Eso dio la impresión, al parecer, de que la organización estaba más preocupada por volverse una fuerza del status quo que patear el tablero.

El documento del Muro de Jericó, llamado así por las antiguas fortificaciones de la actual Cisjordania, fue aún más explícito. Detallaba ataques con cohetes para distraer a los soldados israelíes y enviarlos apresuradamente a búnkeres, y drones para desactivar las elaboradas medidas de seguridad a lo largo de la valla fronteriza que separa Israel y Gaza.

Luego, los combatientes de Hamas atravesarían 60 puntos del muro y cruzarían la frontera hacia Israel. El documento comienza con una cita del Corán: “sorpréndelos a través de la puerta. Si lo haces, ciertamente prevalecerás”, The New York Times,

    Pero lo que sucedió fue muy distinto: el 7 de octubre, “antes de traspasar la valla, Hamás incapacitó los medios de observación y desactivó varios sistemas de mando y control”. Hamás siguió el plan “Muro de Jericó” con precisión; bombardeo con cohetes en el comienzo del ataque, destruyó las cámaras de seguridad con drones y ametralladoras automáticas e invadió la parte israelí con hombres en parapentes, motocicletas y a pie. Uno de los objetivos principales era la División Gaza centrada en unificar la inteligencia de señales en la frontera.

    De inmediato, el sistema de monitoreo israelí en la frontera se quedó ciego sin poder dar aviso, ni alertas. Pero ¿los altos mandos israelíes habían sido alertados de que había ensayos y entrenamiento militares de Hamas que coincidían con sus planes? Sí.

    The New York Times afirma que el 6 de julio de 2023, un veterano analista de la Unidad 8200 “escribió a un grupo de otros expertos en inteligencia que docenas de comandos de Hamás habían realizado recientemente ejercicios de entrenamiento, con altos comandantes de Hamás observando”. Según el analista, el entrenamiento incluyó “un simulacro de derribar aviones israelíes y tomar el control de un kibutz y una base de entrenamiento militar, matando a todos los cadetes. El analista advirtió que el simulacro seguía de cerca el plan del Muro de Jericó y que Hamás estaba desarrollando la capacidad para llevarlo a cabo”.




    El coronel Asaf Hamamil, jefe de la Brigada Sur de la División Gaza lo rechazó por considerarlo un plan “imaginario e irrealista”, según The New York Times.

   No fue la única advertencia desoída por los altos mandos militares. Las observadoras de los sistemas de vigilancia de la División Gaza de las Fuerzas de Defensa de Israel alertaron que los miembros de Hamas habían practicado con aviones no tripulados cerca de las vallas, habían hecho ejercicios con camionetas y motocicletas, e incluso ensayos para el bombardeo de tanques. Unos días antes, incluso una de las observadoras pudo ver como un grupo de hombres de la brigada Nukhba, las fuerzas especiales de Hamas, se reunieron cerca de la valla fronteriza. Cuando enfocó a uno de los miembros con una de las cámaras, este le hizo una seña negativa con un dedo de la mano como si supiera que lo vigilaban detrás de las cámaras.

    “Informamos que se trataba de una sesión informativa de altos funcionarios de Hamás a quienes no pudimos reconocer. Pero hasta hoy, no está claro qué hicieron las Fuerzas de Defensa de Israel con esa información”. Otras señales se acumularon durante los momentos previos del ataque hasta tal punto que los altos mandos militares y del Shin Ben, el servicio de inteligencia interno israelí, se comunicaron la noche anterior al ataque.

En abril, Smadar, una observadora se sentó en el puesto de vigilancia en Kissufim y notó algo nuevo en uno de los campos de entrenamiento de Hamás. "Habían construido un modelo preciso de la zona fronteriza", afirma. “Allí entrenaron sobre cómo atravesar la valla. Al contrario de lo que pensaban las FDI, su entrenamiento era para la infiltración en tierra, no desde túneles. Con el paso del tiempo, su entrenamiento se hizo más intensivo”.

Aproximadamente un mes y medio antes del ataque, ese entrenamiento aparentemente cambió de marcha.

Empezamos a verlos alejarse 300 metros de la valla, y sus entrenadores se pusieron con cronómetros y midieron cuánto tiempo les llevaba correr hasta la valla, alcanzarla y regresar a sus posiciones. Sabíamos que algo [sucedía]”, dice Liat. Según ella, aunque también se produjeron disturbios cerca de la valla, “las fuerzas que enviamos no hicieron prácticamente nada, incluso los disparos de advertencia cesaron. Llegaban soldados de combate, lanzaban gases lacrimógenos y se marchaban”, Haaretz.

    El desprecio hacia estas observadoras, por parte de los altos mandos israelíes, fue tal que por la noche no fueron avisadas de la alerta de una incursión de miembros de Hamas en la valla fronteriza con Gaza. Así que cuando se dio la incursión de la organización en los puntos de vigilancia Kissufim y Nahal Oz fueron sorprendidas sin estar preparadas.

     Según Amos Harel: “durante la noche anterior se llevaron a cabo dos consultas telefónicas entre la región sur del servicio de seguridad Shin Bet, el Cuerpo de Inteligencia de las FDI, la división de operaciones y el Comando Sur con el conocimiento del Jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzl Halevi. En el Shin Bet se celebró una consulta separada con el director de la agencia, Ronen Bar. Dubo preocupación por un ataque de secuestro aislado en el Shin Bet, y éste envió un pequeño escuadrón operativo al sur. Tras la segunda reunión, las FDI decidieron aceptar la opinión del Shin Bet de que Hamás estaba realizando un ejercicio de entrenamiento y no se estaba preparando para un ataque. La Inteligencia Militar aceptó esa opinión, pero debido a las preocupaciones de las fuerzas del Comando Sur debían prepararse para la posibilidad de que Hamas pudiera actuar. No se tomaron otras medidas y se decidió esperar hasta la mañana. Para entonces ya era demasiado tarde”.


Palestinos celebran junto a un tanque israelí destruido en la valla de la Franja de Gaza, al este de Khan Yunis, el 7 de octubre.

    La sorpresa fue tal que hasta el comandante de la División de Gaza, el general de división Avi Rosenfeld, ordenó que la Fuerza Aérea israelí bombardeara la base central de la fuerza, siguiendo la Doctrina Hannibal de las fuerzas israelíes que determinan que los secuestros de militares deben evitarse, incluso si ello implica ataques contra los propios soldados. Los organizadores de la fiesta Nova tampoco fueron avisados sobre los peligros de un ataque de Hamas. Más de 300 participantes fueron asesinados y otros 40 tomados de rehén.

    Cuando los organizadores pidieron protección a Elad Zandani, jefe del Comando del Frente Interior de la División de Gaza, éste les dijo que se arreglaran solos.

Negligencia, error de cálculo o deliberada intención de que ocurriese

      Uno de los elementos centrales de la estrategia militar israelí es el mito de ser invencibles. El Estado israelí, incluso, se construyó en base a la concepción que es un hogar seguro para los “judíos del mundo”, perseguidos por los pogromos en Europa y la Rusia zarista.

    Por eso uno de los fallos de inteligencia más reconocidos fue no haber anticipado la guerra de Yom Kippur, en alusión a la festividad judía, realizada por Egipto y Siria para recuperar los territorios robados por Israel en la guerra de los Seis días en 1967. Si bien la invasión fue repelida, el fallo de inteligencia le costó el gobierno a la entonces primer ministra israelí, Golda Meir.

     Lo más posible es que a Benjamín Netanyahu le suceda lo mismo. ¿Esto debilita la teoría de un autoatentado o la de un ataque permitido para ocupar tierras palestinas? En mi opinión bastante porque parte de algo importante que no es real: la creencia de que los militares y la inteligencia israelí son infalibles.




        Llevamos dos meses de una invasión que ha tirado más bombas en Palestina que en Hiroshima. ¿Y el saldo militar, no humano, cuál sido? La destrucción de unos pocos túneles y la muerte de unos pocos miembros de Hamas. Lo que muestra que Israel las única guerras que puede pelear y ganar son contra civiles desarmados, si se tiene en cuenta sus dificultades para conseguir el objetivo de “erradicar a Hamas”.

      ¿Entonces qué sucedió? ¿Por qué no se anticiparon al ataque de Hamas? Un militar israelí, en el puesto de observadora de las cámaras de vigilancia en Gaza, relató al diario israelí los siguientes episodios:

En abril, Smadar se sentó en el puesto de vigilancia en Kissufim y notó algo nuevo en uno de los campos de entrenamiento de Hamás. "Habían construido un modelo preciso de la zona fronteriza", afirma. “Allí entrenaron sobre cómo atravesar la valla. Al contrario de lo que pensaban las FDI, su entrenamiento era para la infiltración en tierra, no desde túneles. Con el paso del tiempo, su entrenamiento se hizo más intensivo”.
Aproximadamente un mes y medio antes del ataque, ese entrenamiento aparentemente cambió de marcha.
Empezamos a verlos alejarse 300 metros de la valla, y sus entrenadores se pusieron con cronómetros y midieron cuánto tiempo les llevaba correr hasta la valla, alcanzarla y regresar a sus posiciones. Sabíamos que algo [sucedía]”, dice Liat. Según ella, aunque también se produjeron disturbios cerca de la valla, “las fuerzas que enviamos no hicieron prácticamente nada, incluso los disparos de advertencia cesaron. Llegaban soldados de combate, lanzaban gases lacrimógenos y se marchaban”.
Esos informes, al parecer, se acumularon en el montón de basura de la tragedia.
Un mes antes de la guerra, hubo un aparente cambio de enfoque entre algunos observadores: un alto oficial de la División de Gaza vino a la sala de operaciones en una de las bases a lo largo de la frontera de Gaza para hablar sobre el sector, por lo que uno de los Los observadores decidieron decirle exactamente lo que tenía en mente.
Le dije que iba a haber una guerra y que simplemente no estábamos preparados”, dice, recordando la conversación. “Que lo que está pasando con Hamás a lo largo de la valla fronteriza no es normal. Que se están burlando de las FDI, que tenemos las manos atadas y ni siquiera estamos [disparando] tiros de advertencia”.
La respuesta del oficial superior fue preguntarle su nombre, mirarla con ojos amonestadores y “ponerla en su lugar” por haber tenido la temeridad de dirigirse a él directamente en lugar de seguir los canales adecuados.
Me dijo: 'He estado en el sector desde 2010. Fui comandante aquí, oficial de inteligencia, conozco Gaza de adentro hacia afuera y te digo que todo está bien. Tú estás aquí sólo seis meses y yo llevo aquí 12 años. Conozco el sector como la palma de mi mano”.

    Las observadoras creen que los altos mandos desconocieron sus advertencias por ser, en su mayoría, mujeres. "No hay duda de que si los hombres hubieran estado sentados frente a esas pantallas, las cosas se verían diferentes". La práctica de desconocer la opinión profesional, en las divisiones militares israelíes, son sistemáticas y extendidas según el diario israelí Haaretz.

    ¿Pero eso explica todo? ¿Es posible que ningún alto mando se haya tomado en serio la amenaza? Hay varias explicaciones posibles; una, la oficial, que versa sobre la creencia del gobierno de que Hamas no tenía ni las capacidades ni la intención de lanzar el ataque, y otra que implicaría una operación orquestada por los altos mandos militares para dinamitar la presidencia de Benjamín Netanyahu, o, en su defecto, justificar una invasión a gran escala a Gaza.

    Hamas, según varios informaciones de inteligencia, podía intuir la división de los mandos israelíes en relación a Netanyahu. Y algo que ayudó bastante a la organización fue la sobreestimación de los israelíes de sus capacidades propias y la poca conciencia de sus últimas derrotas.

   Una de las grandes justificaciones de la invasión a Gaza fue el asesinato de civiles en el ataque de Hamas el 7 de octubre. Las atrocidades de ese día dejaron en un segundo plano las razones históricas que precedieron al ataque.

    En un cruel acto de memoricidio se jerarquizó el sufrimiento israelí por encima del palestino. Al parecer, para muchos, estos ataques ocultaron, las décadas, de humillación y atrocidades cometidas por oficiales israelíes y colonos extremistas, entre otros muchos grupos.

    ¿Pero todo lo que sucedió fue tan así? Como dijimos, muchas veces los hechos son muchos más grises de lo que se presentan.

    Si bien los líderes de Hamas han atribuido la muerte de civiles a la irrupción de palestinos enojados, que entraron junto a sus brigadas cuando se rompió la cerca, hay videos donde sus militantes rematan a participantes de la fiesta Nova y también relatos de los sobrevivientes de kibutz que son estremecedores. Es un hecho que se ejecutaron y se secuestraron civiles, dos crímenes de guerra.

    ¿Eso justifica un genocidio de manual contra los civiles de Gaza? Por supuesto que no, a pesar de lo que digan algunos negacionistas pro israelíes. Para hacer equivalencias: bajo la misma lógica, si un grupo de judíos hubiese atacado alemanes nazis en la década del 30, se habría justificado el genocidio de seis millones de judíos. El cambio de nacionalidades, o etnias, no altera el producto, diría algún profesor de matemáticas o lengua.

  También muchas veces, suceden cosas que no cuadran con el marco de entendimiento creado por el sentido dominante. Hay indicios, por ejemplo, que los israelíes fueron tomados tan por sorpresa por los militantes de Hamas que hasta el comandante de la División de Gaza, el general de división Avi Rosenfeld, ordenó que la Fuerza Aérea israelí bombardeara la base central de la fuerza, siguiendo la Doctrina Hannibal de las fuerzas israelíes que determinan que los secuestros de militares deben evitarse, incluso si ello implica ataques contra los propios soldados.




    Sorpresa que se repitió en los kibutz y la famosa fiesta Nova realizada cerca de la valla que rodea Gaza. Dado el desprecio que ha tenido el gobierno de Netanyahu por los rehenes israelíes, suena creíble que las Fuerzas de Defensa de Israel hayan apostado a evitarlo con bombardeos. También por la confusión del momento, los militares israelíes pueden haber disparado sin distinguir civiles de militantes de Hamas. Son hipótesis válidas que no invalidan todo lo demás.

¿Pero qué sabemos sobre lo que sucedió?

    Una de las polémicas que se generó fue por la validez, o no, del bombardeo a casas del kibutz Bari por parte del Ejército israelí. En un trabajo, Max Blumenthal utilizó el testimonio de Tuval Escapa, miembro del equipo de seguridad del Kibbutz Be'eri, para graficar lo que presuntamente sucedió. “Le dijo al periódico israelí Haaretz que a medida que la desesperación comenzaba a invadir, los comandantes en el campo tomaron decisiones difíciles, incluido bombardear las casas de sus ocupantes para eliminar a los terroristas junto con los rehenes”.

   En concreto, el textual del diario israelí sostiene que: “recién el lunes por la noche y solo después de que los comandantes en el campo tomaron decisiones difíciles, incluido el bombardeo de las casas de sus ocupantes para eliminar a los terroristas, sin saber si los israelíes en esos edificios estaban vivos o muertos, las FDI completaron la toma del kibutz”. Más de 100 personas fueron asesinadas durante el ataque al kibutz.

   El diario israelí sacó una nota de opinión desmintiendo la gravedad de lo señalado en su trabajo. “Utiliza esta cita para pintar el cuadro de que las 112 personas que murieron en Bari fueron asesinadas por el ejército israelí. También en este caso, el informe original describe las atrocidades que Hamás cometió durante horas en Be'eri, incluidas ejecuciones de civiles a quemarropa. Blumenthal ignora todo lo que no encaja en su narrativa”, según la columnista Michal Perach.

      Aquí es cuando se confunden, de nuevo, las cosas por una polémica. De lo que se narra sobre la tragedia en el kibutz sobresalen dos verdades; miembros de Hamas mataron a civiles y quemaron casas, y militares israelíes bombardearon casas “sin saber si los civiles allí estaban vivos o muertos”. ¿Asesinaron civiles de forma negligente y criminal? No lo sabemos. ¿Mataron más civiles que Hamas y después culparon a la organización para eximirse de culpa? Tampoco.

     Aunque es un hecho que bombardearon las casas del kibutz. Las imágenes de los destrozos son bastantes elocuentes. Según el reportero del canal ¡24 News, cercano al gobierno, los rastros en el kibutz demuestran que por allí, “quizás”, pasaron tanques. ¿Esos tanques fueron los que bombardearon las casas?

    Además de esta situación, un grupo de helicópteros israelíes fueron enviados, una hora después de la irrupción de Hamas, para detener a los miembros de Hamas. La polémica entre Blumenthal y la columnista de Haaretz también se centro en si éstos atacaron a civiles o no. La mejor manera de abordar lo que sucedió son las citas textuales de los periodistas que cubrieron los hechos.

     Leamos al periodista israelí de Yoav Zeyton.

Después de que los pilotos se dieron cuenta de que era tremendamente difícil distinguir dentro de los puestos avanzados y asentamientos ocupados quién era un terrorista y quién era un soldado o un civil, se tomó la decisión de que la primera misión de los helicópteros de combate y los drones armados Zik fuera detener el ataque. El flujo de terroristas y la turba asesina que irrumpió en territorio israelí a través de los huecos de la valla. 28 helicópteros de combate dispararon en el transcurso de un día. Los combatientes tenían toda la munición en los estómagos de los helicópteros: cientos de proyectiles de cañón de 30 mm. (el efecto de una granada pulverizadora para cada proyectil), así como los misiles Hellfire. La velocidad de disparo contra los miles de terroristas fue tremenda al principio, y sólo en cierto momento los pilotos comenzaron a frenar los ataques y seleccionar cuidadosamente los objetivos.
Resulta que el ejército de Hamás se lo puso difícil deliberadamente a los pilotos de helicópteros y a los operadores de vehículos aéreos no tripulados: en la investigación quedó claro que en las últimas sesiones informativas se pidió a las fuerzas invasoras que caminaran lentamente hacia los asentamientos y puestos de avanzada o dentro de ellos y, bajo ninguna circunstancia corrieran, para hacer creer a los pilotos que eran israelíes. Este engaño funcionó durante un tiempo considerable, hasta que los pilotos del Apache se dieron cuenta de que tenían que saltarse todas las restricciones. No fue hasta alrededor de las 9:00 que algunos de ellos comenzaron a fusilar a los terroristas con los cañones por su cuenta, sin autorización de sus superiores.
La actividad aérea del primer día no estuvo organizada, pero incluso en el cielo los pilotos improvisaron soluciones a una situación complicada e inédita: gran parte de la dirección del fuego y la recepción de los objetivos de las fuerzas que luchaban en el campo llegaron a los pilotos a través del teléfono. Llamadas o envío de fotos por whatsapp. En el contexto del gran número de personas asesinadas y secuestradas, las Fuerzas Aéreas están convencidas de que si no fuera por el fuego de ayuda y los numerosos ataques llevados a cabo por helicópteros artillados de las FDI ese día, la matanza habría sido mucho mayor.
Otro paso que ayudó en las primeras horas a que los comandantes de la Fuerza Aérea comprendieran la gravedad del incidente se produjo alrededor de las 10:00 horas, luego de que el comandante del escuadrón 190, el teniente coronel A, bajara de su helicóptero en Ramón para volver a "Arme y reposte combustible. Descargó la película fotográfica completa grabada por la cámara del helicóptero y la transmitió rápidamente al cuartel general del cuerpo en Kriya. En menos de 20 minutos estaba nuevamente en el aire, y usando la información que produjo, instruyó a los otros aviones de combate. disparar a todo lo que vean en la zona de la valla, y en un momento dado también atacó un puesto de las FDI con soldados asediados para ayudar a los combatientes de la 13ª Flota a atacarlo y liberarlo.
En uno de los casos, como parte del levantamiento de las restricciones que emprendió, disparó a una distancia de sólo 20 metros de las casas de uno de los kibutzim para cubrir al subcomandante de la División 80 que había sido atacado desde el sector del Sinaí y mató a cuatro terroristas en una feroz batalla. Según la Fuerza Aérea, en las primeras cuatro horas desde el inicio de los combates, helicópteros y aviones de combate atacaron unos 300 objetivos, la mayoría de ellos en territorio israelí.

    La sorpresa, y gravedad, de lo sucedido hace imaginar, con mucha razón, que los pilotos de los helicópteros pueden haber confundido civiles con militantes de Hamas. La velocidad de disparo contra los miles de terroristas fue tremenda al principio, y sólo en cierto momento los pilotos comenzaron a frenar los ataques y seleccionar cuidadosamente los objetivos”, asegura el reportaje. Se hace bastante difícil creer que no hubo ningún “daño colateral”.

    ¿Significa que las fuerzas israelíes realizaron una matanza de israelí? No, pero si que existió un contexto que pudo aumentar las bajas civiles. Lo que es importante porque implicaría que muchos altos oficiales, y mandos, también tuvieran que responsabilizarse por la muerte de ciudadanos israelíes. La orden fue “detener a los terroristas”, según los propios militares entrevistados.

    El ataque generó una confusión generalizada que impidió que los militares a cargo de tanques y helicópteros distinguieran, con claridad, civiles de combatientes. Oficiales jóvenes se vieron obligadas a decidir si era conveniente atacar casas en kibutz o esperar a que llegaran nuevas ordenes. En algunos casos, incluso, la desobediencia evitó disparos a hogares israelíes.

     Uno de los ejemplos más claros es el de una compañía de tanques femeninas narrado por el canal israelí N12.

      Leamos lo que dicen Wyat Reed y Max Blumenthal.

Un perfil elogioso de una compañía de tanques exclusivamente femenina publicado por la red de noticias N12 de Israel contiene confesiones por parte de la capitana de 20 años, identificada sólo como 'Karni', de que un soldado "aterrorizado" le ordenó abrir fuego contra casas en el Holit kibutz, tuvieran civiles o no.



 

Diez israelíes fueron asesinados en Holit el 7 de octubre; no había niños entre los muertos.
El soldado me señala y me dice: “dispare allí, los terroristas están allí”, relata la capitana en las imágenes recién publicadas, señalando que cuando preguntó “¿hay civiles allí?”, su compatriota simplemente respondió: “No lo sé”, y le ordenó que “simplemente disparara” una bala de tanque contra los edificios de todos modos.
Al final, recordó, “decidí no disparar” porque “esta es una comunidad israelí”. En cambio, “disparé con mi ametralladora contra una casa”.
Mi conductor ve a dos terroristas en la carretera y lo informa”, le dice el capitán a su entrevistador N12. Cuando “le digo que los atropelle, ella simplemente atropella a los terroristas y sigue adelante”, explica alegremente.
La compañía de tanques femenina parece haber sido entrenada en los vehículos menos avanzados del arsenal de Israel y sólo se le han asignado tareas de defensa fronteriza. En el caos del asalto de Hamás el 7 de octubre, se vieron obligados a subir a vehículos más avanzados equipados con un sistema de armas por control remoto (RCWS).


Sistema de armas por control remoto (RCWS).
 

En el informe de N12, el general de brigada Raviv Mahmia admitió que enfrentarse a un grupo de militantes en el Kibbutz Holit era una tarea “muy compleja” para la cual los jóvenes petroleros “en muchos sentido no estaban entrenados para luchar. Dispararon contra comunidades israelíes mientras circulaban por carreteras llanas"

    El grado de improvisación de las Fuerzas de Defensa de Israel muestran lo desordenada y caótica que fue la respuesta al ataque de Hamas. ¿Permiten saber la magnitud de sus errores? Difícil sin una investigación seria que distinga a los civiles asesinados por Hamas de los matados por “fuego amigo”. Aunque hay algunos episodios donde las responsabilidades están claras.

Veamos: ¿Cuáles fueron los asesinatos de israelíes cometidos por los militares dirigidos por Netanyahu?

     En el intenso fuego cruzado entre las fuerzas israelíes y los secuestradores de Hamas en el kibutz Be'eri murieron diez rehenes. Según el testimonio de los dos supervivientes israelíes, al menos algunos de ellos murieron como consecuencia del fuego israelí”, de acuerdo a Michal Perach la columnista israelí de Haaretz.

   Uno de los testimonios más sonados es el de Yasmin Porat, una mujer que escapó de la fiesta Nova hacia el kibutz Be'eri.

Llamamos a la puerta de una pareja realmente dulce, los Dagan, Hadas y Adi, y nos llevaron a su sala de seguridad reforzada. Estuvimos con ellos en la sala de seguridad reforzada entre seis y ocho horas. Con mucho miedo, porque sabíamos que había una penetración de unos 100 terroristas en el kibutz. Y los disparos se escuchaban desde todas direcciones. Hasta que esa pareja nos informa que los terroristas están justo en la casa de al lado. Y parece que nos alcanzarán. Y, de hecho, cinco minutos después toda la casa se hace añicos. Y durante una hora conseguimos evitar que entren en nuestra sala de seguridad reforzada. Diez terroristas nos gritaban en árabe. Fue una hora muy tensa. Y sentimos un miedo grande e indescriptible. Después de una hora lograron entrar y nos llevaron a los cuatro a una casa cercana donde ya había otros ocho rehenes más. Nos unimos a esos ocho y éramos unos 12 rehenes con 40 terroristas que nos custodiaban.
Y después de dos horas de estar allí con los secuestradores, llega la policía. Se produce un tiroteo que inició nuestra policía. Un tiroteo muy, muy difícil, en cuanto a la cantidad de municiones que volaban allí. Y al final durante [la batalla], uno de los terroristas decide rendirse, el terrorista con el que hice una conexión. En el transcurso de esas dos horas conecté con algunos de los secuestradores, los que custodiaban a los rehenes.
Y decide utilizarme como escudo humano. Decide rendirse. No soy consciente de ello en esos momentos, es en retrospectiva. Comienza a desnudarse, toma, me llama y comienza a salir de casa conmigo, bajo fuego. En ese momento les grité a los YAMAM [comandos israelíes] cuando ya estábamos - cuando me pudieran escuchar, que dejaran de disparar.
Y entonces me oyen y dejan de disparar. Veo en el césped, en el jardín, a la gente del kibutz. Hay cinco o seis rehenes tirados en el suelo afuera, como ovejas al matadero, entre los disparos de nuestros [combatientes] y los terroristas. Fueron asesinados por el fuego cruzado. Después de un intenso fuego cruzado, dos proyectiles de tanque impactaron en la casa. Era una pequeña casa de kibutz, nada grande.

    Es lógico pensar que si baleas una casa y después le tiras dos proyectiles con un tanque, la mayoría de los muertos sean tu responsabilidad. Porque los rehenes, según el relato, estaban detrás de sus secuestradores; a sabiendas se ordenó acribillar tanto a los miembros de Hamas, como a los civiles israelíes. La mayoría de civiles, por ende, fueron asesinados por militares israelíes.




    El relato, además, coincide con el de Hadas Dagan, la dueña de la casa del kibutz que alojó a Yasmin Porat.

Dagan describe cómo ella y su marido se despertaron con alertas rojas cuando comenzó el ataque de Hamás. Poco después, Yasmin Porat y su pareja, Tal Katz, llamaron a su puerta en busca de refugio. Cuando la grave situación se hizo evidente, las dos parejas se acurrucaron en la habitación segura de los Dagan. Después de una lucha para impedir su entrada, los combatientes de al-Qassam finalmente derribaron la puerta, tomando cautivas a las dos parejas y llevándolas a la casa de su vecino, Pessi Cohen, donde se unieron a varios otros residentes del kibutz.


Hadas Dagan es la única sobreviviente del bombardeo israelí 
de una casa en Beeri, donde murieron 14 rehenes.
 

Los militantes de Al-Qassam utilizaron entonces a Suheib Abu Amer, un conductor de autobús palestino de la Jerusalén Oriental ocupada, a quien también sacaron por la fuerza en la rave Nova, para traducir entre ellos y sus rehenes, y les informaron que tenían intención de llevarlos cautivos a Gaza, pero que serían llevados al puesto de control de Erez, entre Israel y Gaza, y regresarían a casa la noche siguiente. Porat sugirió al comandante de la unidad Al-Qassam, identificado sólo como “Hasan”, que hablara por teléfono con la policía israelí para negociar. Una vez hablando por teléfono con una mujer policía, Hasan insistió en hablar con ella a través de un traductor, informándole que tienen 50 rehenes que pretenden llevar a Gaza y que, a menos que se les garantice un paso seguro, los matarían.
A las 4 de la tarde, dice Porat, llegaron al lugar jeeps militares israelíes. A los pocos minutos, abrieron fuego contra la casa llena de cautivos y sus captores, quienes todavía estaban vivos en ese momento. Entre los muertos por el fuego militar israelí se encontraban los gemelos Hetzroni. Dagan describe los horrores de escuchar sus últimos momentos de puro terror.
Después de un tiroteo de treinta minutos entre soldados israelíes y militantes de Hamás dentro de la casa, el comandante de al-Qassam, Hasan, utilizando a Suheib Abu Amer como traductor, logró negociar su rendición, desnudándose hasta quedar en calcetines y ropa interior y tomando a Porat como escudo humano. Después de que la policía los detuviera a él y a Porat, a Hasan le vendaron los ojos, lo dejaron desnudo y le ataron las manos a la espalda. Los soldados israelíes ordenaron al humillado comandante que dijera a los militantes que quedaban dentro de la casa que se rindieran, a lo que ellos no accedieron. Como el resto de los militantes no estaban dispuestos a seguir las órdenes del comandante cautivo, los soldados israelíes reanudaron los disparos y disparos de más misiles LAU contra la casa. En ese momento, Hadas y Adi Dagan notaron que dos vecinos, Ze'ev Hacker y Pessi Cohen, habían sido asesinados
Cuando el sol comenzó a ponerse y la luz desapareció, un tanque israelí entró en escena con estruendo. Porat estaba alarmado ante la idea de que se aplicara tal potencia de fuego a una situación de rehenes. “No, simplemente estamos golpeando los lados para derribar paredes”, recuerda que respondió. Sin embargo, Porat describe una batalla feroz y mortal que mataría a todos los que estaban dentro de la casa.
A las siete de la tarde, la batalla alcanzó su punto máximo. Uno de los soldados comentó al general de brigada Barak Hiram, comandante que dirigía la operación, que lo que estaba sucediendo era una “desgracia”. Minutos después, el tanque disparó dos proyectiles contra la casa, uno al piso y otro al techo. Mientras los proyectiles de los tanques seguían golpeando la casa, Dagan se encontró cubierta de sangre y vio que su marido, Adi, había sido herido de muerte por el bombardeo, y sus intentos de detener la hemorragia fueron inútiles.
Ya no tiene sentido intentar bloquear el flujo sanguíneo, y simplemente lo abrazo de nuevo con mi cara, mi cabello, todo dentro de un enorme charco de sangre”, recordó. “Recuerdo haber escuchado un disparo más desde el interior de la casa y ya no escucho nada”. En ese momento, los soldados israelíes entraron a la casa y encontraron a Dagan herido por la metralla del tanque y cubierto de sangre. Mientras les rogaba que atendieran a su marido moribundo, la subieron a un camión, donde la encontró Porat. Dagan le dijo que su propio marido, Adi, estaba muerto, pero se negó a informarle que su propio marido, Tal, también estaba entre los muertos.

    Después hay otro episodio llamativo que podría implicar la muerte de civiles; los disparos, desde helicópteros, a los miembros de Hamas y los participantes de la fiesta Nova cercana a la Franja de Gaza. Según una fuente policial, consultada por el diario israelí Haaretz, un helicóptero de combate israelí pudo haber “alcanzado a algunos participantes del festival”.

    Danielle Rachiel, una sobreviviente del festival, sostiene que cuando escapó en un auto fue atacada por los militares. “¡Cuando llegamos a la rotonda en un kibutz, vimos fuerzas de seguridad israelíes! Mantuvimos la cabeza gacha porque automáticamente sabíamos que sospecharían de nosotros, era un auto pequeño y destartalado que venía desde la misma dirección de donde venían los terroristas. ¡Nuestras fuerzas comenzaron a dispararnos! Nuestras ventanas se hicieron añicos. Fue sólo cuando gritamos en hebreo“ ¡Somos israelíes!” que cesaron los disparos y fueron llevadas a un lugar seguro”.

    En medio de la confusión, otros ciudadanos israelíes fueron asesinados después de ser confundidos con “militantes de Hamas”. Niv Ayos, un hombre en edad militar, por ejemplo marchaba hacia una base militar en la ciudad de Ashdod cuando fue confundido con “un terrorista” por cinco unidades de combates israelíes. Su cuerpo fue acribillado con cien balas, según su madre. Su asesinato muestra con el terror y miedo que actuaron, en los días posteriores, las fuerzas israelíes.

   Al final, lo que parece bastante claro es que, por un lado, los militares asesinaron a sus propios ciudadanos por negligencia más que por ordenes directas. Y por el otro, aplicaron doctrinas militares, como la Dayiha o la Hannibal, que hablan de hacer uso desproporcionado de la fuerza para restaurar el orden y la disuasión militar, y evitar a toda costa de que hayan rehenes.

    Los ciudadanos israelíes, al parecer, fueron víctimas de las mismas doctrinas aplicadas a los palestinos. Una ironía cruenta, y funesta, de la vida.


Fuente: Bruno Sgarzini

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