viernes, 21 de febrero de 2025

"El mayor éxito del neoliberalismo fue colonizar los partidos de izquierda"

 

 Entrevista de Emilia G. Morales  
      Redactora en la sección de datos e investigación de Público.


.Público habla con el economista George Monbiot sobre su último libro.

     Sus nombres, Friedyk Hayek y Ludwig von Mises, no son tan populares como lo es el sistema político-económico que idearon y que ahora predomina en el norte global. La doctrina neoliberal fue planteada entre los años 40's y 50's, como contrapeso al keynesianismo, que impulsó la creación de estados fuertes que pudieran reconstruir una Europa devastada por las grandes guerras de la primera mitad del siglo XX. Frente a esto, Hayek y Mises propusieron dar libertad total a los grandes capitales para operar. O lo que era lo mismo, para extraer, especular y explotar. Para ello, era necesario debilitar al Estado, ya que era el único aparato social con influencia democrática que podía poner coto al afán lucrativo de los grandes empresarios.

Se colaron en los pasillos de los parlamentos nacionales a través de lobbies y think tanks –como el Institute of Economic Affairs (IEA), por nombrar uno de ellos– y susurraron al oído de los gobernantes hasta lograr penetrar, sigilosamente, en sus programas políticos. Incluidos los del demócrata estadounidense Bill Clinton y el laborista británico, Toni Blair. Pero eso fue después de que uno de los discípulos más conocidos de Hayek, Milton Friedman, se acercara a Ronald Raegan y Margaret Thatcher. Ambos políticos fueron la punta de lanza de esta ideología en las democracias representativas.

El neoliberalismo es, como cualquier otra ideología, un producto de la acción humana y no la expresión de una suerte de ley natural, como a veces se presenta. Hacer visible esta historia es una de las misiones que persiguen los autores de La doctrina invisible (2025, Capitán Swing), el economista inglés George Monbiot y el cineasta Peter Hutchison. La segunda, mostrar la necesidad de crear un relato propio que devuelva a los no ricos la fe en una democracia más radical y que combata las pulsiones dictatoriales de la sociedad actual.


George Monbiot.



P.- En su ensayo explica que el neoliberalismo necesita al colonialismo para la extracción de recursos a bajo coste. Dado que estos son finitos ¿puede sobrevivir esta ideología a su agotamiento?

R.- El capitalismo es muy bueno buscando nuevas fronteras que colonizar. Estos días hemos visto cómo Donald Trump [presidente de EEUU] está tratando de chantajear a Ucrania para que le de acceso a sus tierras raras. Prácticamente le está obligando a pagar las reparaciones de la invasión rusa. Lo que vemos no es el agotamiento de los recursos, sino un intento aún más agresivo de asegurar los recursos que el capital demanda.

Esto requiere de la diplomacia militar, pero también de unas formas todavía más destructivas de extracción. Porque los recursos que se están agotando son los que se pueden extraer más fácilmente, así que ahora van a por los de más difícil acceso. Esto requiere una mayor destrucción del medioambiente, y es la razón por lo que, por ejemplo, se está impulsando la extracción de recursos del fondo del mar. O por la que Elon Musk quiere ir a otros planetas. Sin embargo, sospecho que serán otras las fuerzas nos llevarán al colapso. Antes, incluso, de que se acaben los recursos. Y será el resultado del enorme daño político, económico y medioambiental que está suponiendo, precisamente, esa extracción de recursos.

El gasto militar es una de las maneras con la que los neoliberales crean oportunidades para los más ricos”

P.- ¿Cómo comulga la llamada general de los estados a aumentar el gasto en defensa con el mandato neoliberal de "achicar el Estado"?

R.- La disolución del Estado que propone el neoliberalismo siempre ha sido muy selectiva. Lo que disminuyen son los servicios públicos y el estado del bienestar para los trabajadores y las clases medias. No decrecen las oportunidades para los más ricos. El gasto militar es una de las maneras para promover esas oportunidades, aunque hay otras. Por ejemplo, los subsidios para la extracción de los combustibles fósiles.

En EEUU estamos viendo un enorme ataque a los recursos federales y, sin embargo, no se ha dicho ni una sola palabra sobre recortar estos subsidios. De hecho, Trump va a incrementarlos. El neoliberalismo siempre ha sido hipócrita: la reducción del Estado siempre es de una parte del Estado, mientras que otra se expande masivamente. Así que la idea del "pequeño Estado" es, de alguna manera, un dispositivo retórico. En términos de concentración de su poder el Estado se hace más grande bajo el neoliberalismo. Por eso, allí donde triunfa vemos más leyes antiprotesta, más recortes de los derechos de los ciudadanos y menos regulaciones para compañías y oligarcas. Se regula al ciudadano y se desregula a las empresas.

P.- ¿Cómo venden los neoliberales esta estrategia a los votantes?

R.- En el neoliberalismo se puede justificar lo que sea. El ser humano es fácil de persuadir y si nos dicen "hay una enorme amenaza y debemos priorizar el gasto en la industria militar por encima de las prestaciones sociales", mucha gente lo aceptará. Si un número considerable de personas reproducen esta idea a través de medios de comunicación, de redes sociales y de discursos políticos, al final será parte del status quo, de la normalidad. Y nadie quiere ir contra la normalidad, porque lo consideramos peligroso. Así que, independientemente de que esa normalidad sea fascismo, estalinismo, socialdemocracia o neoliberalismo, la mayor parte de la gente la aceptará

Esta es la razón por la que es tan importante cambiar el status quo. Necesitamos crear una nueva normalidad en la que lo normal sea invertir en gasto público y social, y proteger a los seres vivos del planeta.

P.- ¿Cómo cabalgan la contradicción que supone la interdependencia entre neoliberalismo y Estado?

R.- Esta semana, el presidente Argentino, Javier Milei, promovió la criptoestafa, Libra. Ahora dice que lo difundió como economista, no como presidente. Es alguien que niega el Estado y que no se identifica como presidente, pero que fue elegido gracias a los mecanismos del Estado democrático...


El presidente de Argentina, Javier Milei, en la cumbre del G20.


Milei es un presidente neoliberal clásico. El fue elegido gracias al Atlas Network, que ha impulsado regímenes neoliberales alrededor de todo el mundo. Milei ha acabado con los servicios de salud, las protecciones medioambientales y ha entregado el país a capitales extranjeros para que extraigan recursos con casi ningún coste. Todo su modelo económico es una gran estafa piramidal en la que se roban recursos al futuro para crear la ilusión de que Argentina tiene cierta salud financiera. El hecho de que el apoye a criptomonedas que acaban de aparecer no es diferente a todo lo que ya está haciendo, que es una gran estafa. Así es como funciona el neoliberalismo.




P.-Usted explica que esta ideología también ha echado raíces entre socialdemócratas y laboristas. ¿Se puede revertir esto?

R.- Creo que estamos ante una gran oportunidad para que los partidos de izquierda acaben con la fantasía neoliberal y digan "mirad, esto no está funcionando, necesitamos algo diferente". Pero para eso deben contar una historia, un relato político claro. Las izquierdas casi siempre han fallado en esto y únicamente proponen pequeñas reformas.

Las izquierdas son tímidas, temen que si perturban al capital, serán crucificados”

Y mientras hacen esto y fracasan en su relato, los neoliberales y la extrema derecha han contado su historia muy bien. Han dicho: "nosotros vamos a cambiarlo todo, vamos a cambiar el sistema". Y están teniendo éxito. Los partidos de izquierdas son muy tímidos, les preocupa que si perturban los intereses del capital y sus beneficios, serán crucificados. Bueno, sí, ocurrirá. Pero tienen que pasar por ello. No tiene ningún sentido permanecer en el gobierno si no tienes una nueva historia que contar y unas políticas nuevas acordes a ellas.

P.- Después del crack del 2008, irrumpieron nuevos partidos con estos grandes relatos. Pero la democracia representativa pone límites a este cambio de sistema...

R.- Algo de lo que tenemos que ser conscientes es que nuestro sistema político no fue diseñado para la democracia, sino para centralizar la autoridad. Efectivamente, nuestras democracias están entrelazadas con al capital y ya no funcionan. A no ser que diseñemos un sistema político para la democracia real, el sistema siempre va a retroceder para centralizar el poder. Lo que tratamos de hacer con este el libro es hablar de cómo sería un sistema diseñado para la democracia. Comenzaría con pequeñas decisiones locales en las que la gente pudiera estar implicada en vez de dejarlo todo en manos de políticos cada cuatro o cinco años.

P.- En España, tras el 15M se abrió una ventana de oportunidad en la que las nuevas formaciones hablaron de democracia directa y municipalismo. Esa ventana ahora está cerrada ¿Cree que volverá a abrirse?

R.- No podemos esperar resultados inmediatos y rápidos, pero tenemos que empezar a construir este mito político en positivo. Los comunistas fueron muy buenos en esto. Personalmente, parte de su relato me parece problemático, pero lo cierto es que fueron muy estratégicos a la hora de contar cuál era su historia y cómo debía ser contada. Nosotros hemos fallado en esa misión.

Tenemos que dejar de dar vueltas preguntándonos ¿qué está pasando? ¿qué hacemos?

Ahora parece que todo el mundo está esperando a que se produzca una crisis en el sistema actual para que alguien haga algo. Pero tenemos que dar el primer paso y dejar de dar vueltas preguntándonos ¿qué está pasando? ¿qué hacemos?. Porque, y esto sí es cierto, después de mucho tiempo se está produciendo una verdadera crisis del sistema. Y tiene que ver con cómo Donald Trump y Elon Musk están operando. Y como Napoleón decía, no interrumpas a tus enemigos mientras están cometiendo errores. Es obvio que van a arrasar con el sistema político, también en el peor de los sentidos. Pero esto puede significar que habrá oportunidades a la vuelta de la esquina y tenemos que estar preparados para aprovecharlas.

Con el libro, Peter Hutchison y yo hemos intentado poner nuestro grano de arena en la construcción de ese relato. No creemos que sea el más acertado ni que seamos los únicos que tengamos algo que decir. Hay muchas personas brillantes con ideas fantásticas. Lo que necesitamos es poner todas esas ideas juntas de forma clara y decir "aquí está la tierra prometida, este es el lugar al que nos gustaría llegar y así es como vamos a alcanzarlo".

P.- ¿Qué otras experiencias os parecen inspiradoras?

R.- Creo que la manera en la que en Taiwán se está incluyendo a los ciudadanos en la toma de decisiones políticas es muy interesante. También fueron interesantes los procesos políticos que vivieron Madrid y Barcelona.

P.- Sí, y en otras ciudades de España. Pero, por lo general, las derechas han vuelto a ocupar los gobiernos locales.

R.- Lo cual demuestra que las oportunidades son momentos en los que se pueden hacer cambios que sirvan de ejemplos de cómo se vería otro sistema. Es cierto que, salvo en Porto Alegre (Brasil) y Rojava, estas acciones no han ido lo suficientemente lejos.

Vimos un poco en Madrid, en Barcelona, en Reikiavik, en Taiwán, en Seúl, en el este de Bélgica y, más tímidamente, en París… Todos esos son ejemplos extraordinarios que muestran cómo las personas pueden comenzar a recuperar el control de los procesos políticos.

Por supuesto, son experiencias vulnerables de ser revertidas por las derechas cuando vuelven, pero mientras más desarrollemos estas experiencias, mientras más pongamos en práctica modelos alternativos al neoliberalismo, más los perfeccionaremos y más posibilidades habrá de que terminen brotando.

P.- Así que hay esperanza

R.- Sí. Y donde tengo más esperanzas es en las movilizaciones de la gente joven. Cuando estaba en el punto más pesimista de mi militancia ecologista, unos chicos y chicas de 15 años comenzaron a movilizarse. Nunca sabes cuándo, de dónde, ni quién va a catalizar un nuevo movimiento. Debemos tener fe en la gente, porque siempre hay creatividad esperando para ser expresada. Nuestra tarea es estar preparados para ese momento, tener nuestro relato y nuestros movimientos listos, para que cuando llegue el momento, podamos aprovecharlo.


Fuente: Público

No hay comentarios:

Publicar un comentario