martes, 14 de enero de 2025

Historia de dos productores de litio

 

      Revista trimestral socialista estadounidense con sede en Nueva York. Ofrece perspectivas sobre política, economía y cultura.


El mercado mundial se apresura a extraer litio de Argentina y Chile. El presidente argentino Javier Milei ha desatado un frenesí de beneficios empresariales, mientras que el chileno Gabriel Boric exige que su país reciba la parte que le corresponde



     La mitad del litio registrado en el mundo se encuentra en las salinas de tres países: Bolivia, Argentina y Chile. Bolivia posee los mayores yacimientos del «Triángulo del Litio», pero la resistencia de los grupos indígenas y las tensas relaciones con el capital extranjero han mantenido al mineral bajo tierra. Dado que los fabricantes de vehículos eléctricos prevén un déficit de suministro de litio a partir de 2028, los inversores se fijan en los ricos recursos de Argentina y Chile, donde dos gobiernos diametralmente opuestos han adoptado enfoques radicalmente distintos respecto a su riqueza mineral.




Chile es actualmente el segundo productor mundial de litio, después de Australia. Debido a que el país designó el litio como recurso estratégico en 1979, solo ha otorgado concesiones a dos empresas, la chilena SQM y la estadounidense Albemarle. El presidente progresista Gabriel Boric anunció un plan para aumentar la producción en 2023, pero espera hacerlo manteniendo cierto grado de control estatal sobre la enorme industria extractiva. Aunque el plan de Boric abre nuevos salares a los inversores, también prevé la creación de una empresa estatal de litio, que supervisará sus propios proyectos y tendrá una participación sustancial en todas las empresas mineras privadas. Cuando Albemarle y SQM renueven sus contratos, tendrán que dar al Estado una participación mayoritaria en sus operaciones.




«Si fuera mi dinero, me iría a explorar Argentina», señaló Daniel Jiménez, un antiguo ejecutivo de SQM, en respuesta al plan de Boric de asociaciones público-privadas. Eso es exactamente lo que están haciendo muchos inversores. En Argentina pueden contar con el apoyo del presidente libertariano Javier Milei, cuya estrategia para reactivar la alicaída economía del país incluye tender una alfombra roja a las empresas mineras extranjeras. De los países del Triángulo del Litio, Argentina es, con mucho, el que menos restricciones impone a la extracción extranjera.

Milei pretende impulsar aún más la industria mediante la privatización de dos empresas mineras estatales, la eliminación de un impuesto a la exportación del 8% sobre los productos mineros, la supresión de las restricciones aduaneras y el fin de la obligación de que las empresas informen al gobierno de sus datos financieros y medioambientales. El resultado ha sido lo que la prensa económica denomina una «fiebre del oro blanco», y JPMorgan Chase prevé que la industria argentina del litio podría superar a la chilena en 2027.

La estrategia de Milei puede ser rentable a corto plazo: al aumentar las exportaciones, por ejemplo, Argentina puede fortalecer su hiperinflacionaria moneda. Pero cada tonelada de litio extraída consume medio millón de litros de agua, y los expertos advierten de que la bonanza minera argentina podría convertir los áridos Andes en un desierto.

Fuente: JACOBIN

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