En la madrugada del sábado al domingo, hora española, Trump ha ordenado el bombardeo de tres instalaciones nucleares de Irán.
Tras unos días de retórica belicista, amenazas y escalada de la violencia, finalmente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido bombardear Irán. Lo ha hecho durante la madrugada del sábado 21 de junio al domingo 22, hora española.
Según ha confirmado el propio Trump en redes sociales, el ejército estadounidense han bombardeado las infraestructuras nucleares de Natanz, Fordow e Isfahan. En una comparecencia en la Casa Blanca después del ataque, Trump ha calificado la operación de “éxito militar” y ha amenazado con nuevas acciones si Irán no se rinde. “Paz o tragedia”, ha dicho en su tono habitual.
Por su parte, Irán ya ha anunciado que este ataque tendrá consecuencias y que esta intervención se ha llevado a cabo “al margen de la ley internacional”. “De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sus disposiciones que permiten una respuesta legítima en defensa propia, Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo”, ha dicho el ministro de Seyed Abbas Araghch, ministro de Asuntos Exteriores de Irán.
Es la primera vez desde la Revolución Islámica de 1979 que Estados Unidos ataca con fuerzas aéreas instalaciones dentro del país, lo que ha sido considerado un acto de guerra. Según fuentes iraníes, desde que empezó la ofensiva israelí, el pasado viernes 13 de junio, unos 400 iraníes habría muerto a causa de los ataques.
Según medios estadounidenses, los bombarderos estadounidenses que atacaron las instalaciones nucleares iraníes lanzaron, por primera vez en una guerra, bombas antibúnker diseñadas para destruir objetivos subterráneos reforzados. Una docena de las bombas se lanzaron contra la planta de enriquecimiento de Fordow, que está enterrada bajo una montaña, y otras dos se utilizaron contra la planta de enriquecimiento de Natanz, según informó un funcionario de Defensa. Se sabe que EE.UU. ha producido alrededor de 20 de estas municiones gigantes.
El ejército de Irán ha respondido con una nueva oleada de misiles que han alcanzado zonas de las ciudades de Tel Aviv, Nes Tziona y Haifa. Las autoridades médicas de Israel confirman que hay al menos 86 heridos a causa de los bombardeos. Desde Teherán, que han confirmado el ataque, han señalado que sus objetivos eran el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión, un centro de investigación biológica, bases logísticas y varios niveles de centros de mando y control.
Las reacciones tampoco se han hecho esperar en los propios Estados Unidos. “Es groseramente inconstitucional“, ha dicho el senador demócrata Bernie Sanders, que ha recordado que “el único que puede declarar la guerra es el Congreso” y que Trump no tiene legitimidad para atacar a un país extranjero sin pasar por la Cámara.
Las reacciones diplomáticas también se llevan sucediendo en las últimas horas. La primera ha sido la propia nación atacada. Irán ha pedido una reunión extraordinaria al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al considerar que el ataque de Estados Unidos sobre sus instalaciones nucleares son “ilegales”.
Por su parte, la Unión Europea ha llamado a una negociación. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, ha declarado que “no se debe permitir que Irán desarrolle un arma nuclear, ya que supondría una amenaza para la seguridad internacional”, a la vez que ha instado a todas las partes “a que den un paso atrás, vuelvan a la mesa de negociaciones y eviten una nueva escalada”. También ha anunciado que mañana lunes se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembro para debatir la situación.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado en redes que “Irán nunca debe adquirir la bomba” y ha apuntado a que “con las tensiones en Oriente Medio en un nuevo punto álgido, la estabilidad debe ser la prioridad”. Pese a que ha sido Estados Unidos quien se ha autoinvitado a esta guerra sin el permiso de su Congreso, Von der Leyen ha señalado que “el respeto del derecho internacional es fundamental” sin citar ni una vez a Estados Unidos ni a su presidente. “Ahora es el momento de que Irán se comprometa a una solución diplomática creíble. La mesa de negociaciones es el único lugar para poner fin a esta crisis”, ha concluido la mandataria europea.
Fuente: EL SALTO
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