Mostrando entradas con la etiqueta Begoña Leonardo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Begoña Leonardo. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de abril de 2011

Homenaje en el fallecimiento de José Luis Zúñiga. Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo



PEQUEÑO HOMENAJE A UN HOMBRE CARGADO DE VERSOS, REBOSANTE  DE PALABRAS. 
JOSE LUIS ZÚÑIGA


Querido poeta:

Ayer me entero de tu enfermedad y no me ha dado tiempo a nada, quería contarte, quería explicarte, quería que me siguieras mostrando el camino de las palabras. Recuerdo cómo te gustaba indagar, sacar partido a todo, buscar el significado más inusual y darme la alegría de descubrir que puedo aprender, aprender de ti siempre.
 El día que nos conocimos en los Diablos Azules, una gran sonrisa y un abrazo enorme, sincero me hizo quererte al instante. Enseguida nos pusimos a hablar y a hablar  y eso que tenías prisa. Me dijiste, eres igual, eres de las mías, como en el blog, tal cual. Hay algunos que se disfrazan, pero tú no.
Sentí no poder haber charlado más contigo, era mi oportunidad de exprimirte, porque gente sabia encuentro poca. Te comenté del tabaco, que yo lo había dejado, pero tú me sonreíste y me contestaste que sí, que tú  también, pero que volvías con más ganas, dijiste: Lo necesito para escribir, no tengo remedio.
Esto ha sido tan inesperado, no me lo creo, no puedo creérmelo.
Necesito darte las gracias por tu mirada en mis letras,  por tus siempre acertados consejos, cuando tan sutil sacabas algún defecto, o apreciabas algo que yo no veía. Y cuando me decías: -No dejes escapar esa idea, esa imagen, desarrolla ese verso, ahí hay un buen poema.
Generoso, honesto... Una voz a la que añorar. Una energía creadora que se mantendrá donde quiera que estés. Por favor ilumínanos, no podemos estar sin ti.
Gracias Zuñi, se feliz.

Ahora os dejo con una de sus últimas imágenes, (con las botas puestas) el viernes 25  presentando su libro  "Ya veo la bala en mi cabeza". He sabido que a continuación ingresó en el hospital, un esfuerzo titánico que brindó a su ilusión, a su creación, a sus colegas... En la lucha hasta el final. 

He copiado uno de sus poemas donde demuestra su destreza, su retranca literaria y donde queda plasmada la gran importancia que daba la amistad, a lo verdaderamente importante de la vida.



LIBRO DE FAMILIA

José Luis, hijo
de Luis y María Luisa
hijo de Aurelio y Esperanza
hija de José y Catalina
José hijo de María y de José
Aurelio hermano de Jesus y de María
hijo de los caballos
hermano de José

José Luis, hijo
de Luis y de María Luisa,
sobrino de Jesús José y María
no puede acreditarlo;
nada dice al respecto
el libro de familia
nº 13-77-137 tomo ciento treinta
pagado pago único julio 76
que firma y certifica
Pedro Arroyo Martín.
Y mucho menos las ausencias.


Ana y Luis son los hijos
y esto es lo único cierto,
el único pasado
que certifica el libro.

Un funcionario espera
rellenar las casillas
del divorcio o del óbito...

¡Es un libro muy raro!
El libro de familia
apenas dice nada
que interese de veras,
no reseña siquiera a los amigos.

Begoña Leonardo: trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

jueves, 7 de abril de 2011

Homenaje en el fallecimiento de José Luis Zúñiga. Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo



PEQUEÑO HOMENAJE A UN HOMBRE CARGADO DE VERSOS, REBOSANTE  DE PALABRAS. 
JOSE LUIS ZÚÑIGA


Querido poeta:

Ayer me entero de tu enfermedad y no me ha dado tiempo a nada, quería contarte, quería explicarte, quería que me siguieras mostrando el camino de las palabras. Recuerdo cómo te gustaba indagar, sacar partido a todo, buscar el significado más inusual y darme la alegría de descubrir que puedo aprender, aprender de ti siempre.
 El día que nos conocimos en los Diablos Azules, una gran sonrisa y un abrazo enorme, sincero me hizo quererte al instante. Enseguida nos pusimos a hablar y a hablar  y eso que tenías prisa. Me dijiste, eres igual, eres de las mías, como en el blog, tal cual. Hay algunos que se disfrazan, pero tú no.
Sentí no poder haber charlado más contigo, era mi oportunidad de exprimirte, porque gente sabia encuentro poca. Te comenté del tabaco, que yo lo había dejado, pero tú me sonreíste y me contestaste que sí, que tú  también, pero que volvías con más ganas, dijiste: Lo necesito para escribir, no tengo remedio.
Esto ha sido tan inesperado, no me lo creo, no puedo creérmelo.
Necesito darte las gracias por tu mirada en mis letras,  por tus siempre acertados consejos, cuando tan sutil sacabas algún defecto, o apreciabas algo que yo no veía. Y cuando me decías: -No dejes escapar esa idea, esa imagen, desarrolla ese verso, ahí hay un buen poema.
Generoso, honesto... Una voz a la que añorar. Una energía creadora que se mantendrá donde quiera que estés. Por favor ilumínanos, no podemos estar sin ti.
Gracias Zuñi, se feliz.

Ahora os dejo con una de sus últimas imágenes, (con las botas puestas) el viernes 25  presentando su libro  "Ya veo la bala en mi cabeza". He sabido que a continuación ingresó en el hospital, un esfuerzo titánico que brindó a su ilusión, a su creación, a sus colegas... En la lucha hasta el final. 

He copiado uno de sus poemas donde demuestra su destreza, su retranca literaria y donde queda plasmada la gran importancia que daba la amistad, a lo verdaderamente importante de la vida.



LIBRO DE FAMILIA

José Luis, hijo
de Luis y María Luisa
hijo de Aurelio y Esperanza
hija de José y Catalina
José hijo de María y de José
Aurelio hermano de Jesus y de María
hijo de los caballos
hermano de José

José Luis, hijo
de Luis y de María Luisa,
sobrino de Jesús José y María
no puede acreditarlo;
nada dice al respecto
el libro de familia
nº 13-77-137 tomo ciento treinta
pagado pago único julio 76
que firma y certifica
Pedro Arroyo Martín.
Y mucho menos las ausencias.


Ana y Luis son los hijos
y esto es lo único cierto,
el único pasado
que certifica el libro.

Un funcionario espera
rellenar las casillas
del divorcio o del óbito...

¡Es un libro muy raro!
El libro de familia
apenas dice nada
que interese de veras,
no reseña siquiera a los amigos.

Begoña Leonardo: trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

lunes, 4 de abril de 2011

Homenaje en el fallecimiento de José Luis Zúñiga. Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo



PEQUEÑO HOMENAJE A UN HOMBRE CARGADO DE VERSOS, REBOSANTE  DE PALABRAS. 
JOSE LUIS ZÚÑIGA


Querido poeta:

Ayer me entero de tu enfermedad y no me ha dado tiempo a nada, quería contarte, quería explicarte, quería que me siguieras mostrando el camino de las palabras. Recuerdo cómo te gustaba indagar, sacar partido a todo, buscar el significado más inusual y darme la alegría de descubrir que puedo aprender, aprender de ti siempre.
 El día que nos conocimos en los Diablos Azules, una gran sonrisa y un abrazo enorme, sincero me hizo quererte al instante. Enseguida nos pusimos a hablar y a hablar  y eso que tenías prisa. Me dijiste, eres igual, eres de las mías, como en el blog, tal cual. Hay algunos que se disfrazan, pero tú no.
Sentí no poder haber charlado más contigo, era mi oportunidad de exprimirte, porque gente sabia encuentro poca. Te comenté del tabaco, que yo lo había dejado, pero tú me sonreíste y me contestaste que sí, que tú  también, pero que volvías con más ganas, dijiste: Lo necesito para escribir, no tengo remedio.
Esto ha sido tan inesperado, no me lo creo, no puedo creérmelo.
Necesito darte las gracias por tu mirada en mis letras,  por tus siempre acertados consejos, cuando tan sutil sacabas algún defecto, o apreciabas algo que yo no veía. Y cuando me decías: -No dejes escapar esa idea, esa imagen, desarrolla ese verso, ahí hay un buen poema.
Generoso, honesto... Una voz a la que añorar. Una energía creadora que se mantendrá donde quiera que estés. Por favor ilumínanos, no podemos estar sin ti.
Gracias Zuñi, se feliz.

Ahora os dejo con una de sus últimas imágenes, (con las botas puestas) el viernes 25  presentando su libro  "Ya veo la bala en mi cabeza". He sabido que a continuación ingresó en el hospital, un esfuerzo titánico que brindó a su ilusión, a su creación, a sus colegas... En la lucha hasta el final. 

He copiado uno de sus poemas donde demuestra su destreza, su retranca literaria y donde queda plasmada la gran importancia que daba la amistad, a lo verdaderamente importante de la vida.



LIBRO DE FAMILIA

José Luis, hijo
de Luis y María Luisa
hijo de Aurelio y Esperanza
hija de José y Catalina
José hijo de María y de José
Aurelio hermano de Jesus y de María
hijo de los caballos
hermano de José

José Luis, hijo
de Luis y de María Luisa,
sobrino de Jesús José y María
no puede acreditarlo;
nada dice al respecto
el libro de familia
nº 13-77-137 tomo ciento treinta
pagado pago único julio 76
que firma y certifica
Pedro Arroyo Martín.
Y mucho menos las ausencias.


Ana y Luis son los hijos
y esto es lo único cierto,
el único pasado
que certifica el libro.

Un funcionario espera
rellenar las casillas
del divorcio o del óbito...

¡Es un libro muy raro!
El libro de familia
apenas dice nada
que interese de veras,
no reseña siquiera a los amigos.

Begoña Leonardo: trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

jueves, 9 de diciembre de 2010

DE NUEVO UN DÍA DE... Opinión de Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo


DE NUEVO UN DÍA DE...

El Sida, sigue siendo una enfermedad actual y aunque nos hayamos relajado con la excusa de pertenecer al primer mundo, o no estar entre comillas entre los grupos de riesgo; la realidad es, que el número de afectados aumenta, no de forma alarmante en España, pero aumenta. La importancia de estar informados y poner los medios, es fundamental.  La iglesia sigue obstinada en obstaculizar el medio más eficaz. Sino existieran personas en el mundo que utilizasen en sus relaciones sexuales el preservativo, entonces cómo estaríamos. Pero a ellos les da igual. Mantener a la gente en la ignorancia ofreciéndoles a cambio de una vida casta y pura, el cielo con Dios Padre a su lado, es su labor...

Hoy sabemos que la enfermedad es crónica, por lo menos, para una parte de la población, que puede disponer de los fármacos necesarios y novedosos. Pero en África, no es así. Allí llegan los que aquí no se utilizan, los obsoletos, tal es el retraso con respecto a nosotros, que siguen muriendo sin apenas esperanza.

Todo esto cualquier persona lo sabe, pero la enfermedad sigue siendo un estigma. Para un enfermo infectado con el VIH, aún sin padecer la enfermedad, es un trauma terrible mantenerlo en secreto. Hablamos con naturalidad de casi todas la patologías, hasta del cáncer, se nos anima ha hacerlo. Los medios de comunicación, los especialistas, repiten hasta la saciedad que hay que contarlo, que hay que sacarlo de dentro, que es muy importante compartir, para que los demás acepten lo que pasa y así ayuden... Pero la hipocresía es tan grande y nos falta tanta educación en la tolerancia, en el respeto, que de esta enfermedad, pocos son los que se atreven a reconocer que la padecen.
Los efectos, los daños irreparables que puede sufrir un niño, por ejemplo, que se entera de que su padre o madre tienen Sida, viviendo en una sociedad que se avergüenza,
porque de esto sólo se habla cuando salen algunos personajes medíaticos por televisión, colgándose medallas y exclusivamente el día de hoy...
Contarlo no es fácil,  se ha demonizado tanto a los enfermos en sus primeras épocas, que tendrán que pasar muchos, muchos años para que el Sida se considere una enfermedad, que al hablar los portagonistas de ella, no tengan siempre que añadir la coletilla, de cómo fue su contagio y/o justificarse.
Me parece vergonzoso que se pregunte a un enfermo de sida cómo es que te pasó. Porque, sí,  hay conductas de riesgo, pero para todos... Son demonios los que tienen cáncer, son demonios los que tienen diabetes, son demonios los hipertensos, etc... Aun sabiendo que muchos de sus compotamietos durante años han lesionado su  salud, no los hacemos responsbles, y sin embargo a estos sí.

Dejemos que los que han contraído el VIH sean como los demás enfermos. Personas  que con tratamiento pueden llevar una vida. O sea, como tú y como yo.

Begoña Leonardo: Trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

martes, 7 de diciembre de 2010

DE NUEVO UN DÍA DE... Opinión de Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo


DE NUEVO UN DÍA DE...

El Sida, sigue siendo una enfermedad actual y aunque nos hayamos relajado con la excusa de pertenecer al primer mundo, o no estar entre comillas entre los grupos de riesgo; la realidad es, que el número de afectados aumenta, no de forma alarmante en España, pero aumenta. La importancia de estar informados y poner los medios, es fundamental.  La iglesia sigue obstinada en obstaculizar el medio más eficaz. Sino existieran personas en el mundo que utilizasen en sus relaciones sexuales el preservativo, entonces cómo estaríamos. Pero a ellos les da igual. Mantener a la gente en la ignorancia ofreciéndoles a cambio de una vida casta y pura, el cielo con Dios Padre a su lado, es su labor...

Hoy sabemos que la enfermedad es crónica, por lo menos, para una parte de la población, que puede disponer de los fármacos necesarios y novedosos. Pero en África, no es así. Allí llegan los que aquí no se utilizan, los obsoletos, tal es el retraso con respecto a nosotros, que siguen muriendo sin apenas esperanza.

Todo esto cualquier persona lo sabe, pero la enfermedad sigue siendo un estigma. Para un enfermo infectado con el VIH, aún sin padecer la enfermedad, es un trauma terrible mantenerlo en secreto. Hablamos con naturalidad de casi todas la patologías, hasta del cáncer, se nos anima ha hacerlo. Los medios de comunicación, los especialistas, repiten hasta la saciedad que hay que contarlo, que hay que sacarlo de dentro, que es muy importante compartir, para que los demás acepten lo que pasa y así ayuden... Pero la hipocresía es tan grande y nos falta tanta educación en la tolerancia, en el respeto, que de esta enfermedad, pocos son los que se atreven a reconocer que la padecen.
Los efectos, los daños irreparables que puede sufrir un niño, por ejemplo, que se entera de que su padre o madre tienen Sida, viviendo en una sociedad que se avergüenza,
porque de esto sólo se habla cuando salen algunos personajes medíaticos por televisión, colgándose medallas y exclusivamente el día de hoy...
Contarlo no es fácil,  se ha demonizado tanto a los enfermos en sus primeras épocas, que tendrán que pasar muchos, muchos años para que el Sida se considere una enfermedad, que al hablar los portagonistas de ella, no tengan siempre que añadir la coletilla, de cómo fue su contagio y/o justificarse.
Me parece vergonzoso que se pregunte a un enfermo de sida cómo es que te pasó. Porque, sí,  hay conductas de riesgo, pero para todos... Son demonios los que tienen cáncer, son demonios los que tienen diabetes, son demonios los hipertensos, etc... Aun sabiendo que muchos de sus compotamietos durante años han lesionado su  salud, no los hacemos responsbles, y sin embargo a estos sí.

Dejemos que los que han contraído el VIH sean como los demás enfermos. Personas  que con tratamiento pueden llevar una vida. O sea, como tú y como yo.

Begoña Leonardo: Trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

domingo, 5 de diciembre de 2010

DE NUEVO UN DÍA DE... Opinión de Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo


DE NUEVO UN DÍA DE...

El Sida, sigue siendo una enfermedad actual y aunque nos hayamos relajado con la excusa de pertenecer al primer mundo, o no estar entre comillas entre los grupos de riesgo; la realidad es, que el número de afectados aumenta, no de forma alarmante en España, pero aumenta. La importancia de estar informados y poner los medios, es fundamental.  La iglesia sigue obstinada en obstaculizar el medio más eficaz. Sino existieran personas en el mundo que utilizasen en sus relaciones sexuales el preservativo, entonces cómo estaríamos. Pero a ellos les da igual. Mantener a la gente en la ignorancia ofreciéndoles a cambio de una vida casta y pura, el cielo con Dios Padre a su lado, es su labor...

Hoy sabemos que la enfermedad es crónica, por lo menos, para una parte de la población, que puede disponer de los fármacos necesarios y novedosos. Pero en África, no es así. Allí llegan los que aquí no se utilizan, los obsoletos, tal es el retraso con respecto a nosotros, que siguen muriendo sin apenas esperanza.

Todo esto cualquier persona lo sabe, pero la enfermedad sigue siendo un estigma. Para un enfermo infectado con el VIH, aún sin padecer la enfermedad, es un trauma terrible mantenerlo en secreto. Hablamos con naturalidad de casi todas la patologías, hasta del cáncer, se nos anima ha hacerlo. Los medios de comunicación, los especialistas, repiten hasta la saciedad que hay que contarlo, que hay que sacarlo de dentro, que es muy importante compartir, para que los demás acepten lo que pasa y así ayuden... Pero la hipocresía es tan grande y nos falta tanta educación en la tolerancia, en el respeto, que de esta enfermedad, pocos son los que se atreven a reconocer que la padecen.
Los efectos, los daños irreparables que puede sufrir un niño, por ejemplo, que se entera de que su padre o madre tienen Sida, viviendo en una sociedad que se avergüenza,
porque de esto sólo se habla cuando salen algunos personajes medíaticos por televisión, colgándose medallas y exclusivamente el día de hoy...
Contarlo no es fácil,  se ha demonizado tanto a los enfermos en sus primeras épocas, que tendrán que pasar muchos, muchos años para que el Sida se considere una enfermedad, que al hablar los portagonistas de ella, no tengan siempre que añadir la coletilla, de cómo fue su contagio y/o justificarse.
Me parece vergonzoso que se pregunte a un enfermo de sida cómo es que te pasó. Porque, sí,  hay conductas de riesgo, pero para todos... Son demonios los que tienen cáncer, son demonios los que tienen diabetes, son demonios los hipertensos, etc... Aun sabiendo que muchos de sus compotamietos durante años han lesionado su  salud, no los hacemos responsbles, y sin embargo a estos sí.

Dejemos que los que han contraído el VIH sean como los demás enfermos. Personas  que con tratamiento pueden llevar una vida. O sea, como tú y como yo.

Begoña Leonardo: Trabajadora de la palabra... autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias... 

lunes, 24 de mayo de 2010

AY, LA FAMILIA DICHOSA!!!! Opinión de Begoña Leonardo

Por Begoña Leonardo



Me cuesta mucho, pero mucho, no pensar en la familia como el recurso más rentable de la sociedad actual, en la que según todos los informes más avezados, faltan valores, falta solidaridad y faltan los principios morales que tanto se preocupó de inculcar, otra familia; la Santa Madre Iglesia, "Católica", por su puesto, otra, no podía  ser. Claro que, siempre desde los altares, desde el Vaticano, entre oropeles y bien repantingados...

Me explicaré: En estos tiempos de paro, epidemia que además los empresarios aprovechan para que se convierta en lo más contagiosa posible, pues con la excusa de la crisis, se cargan a cualquier empleado que se esté convirtiendo en contestatario, picajoso o que simplemente viendo lo que se avecina, opina y quiere que se le reconozca su trabajo. Esto me recuerda lo que contaban de la guerra civil, donde con la excusa de la guerra, al vecino que no le caía bien éste o aquél, o con el que había alguna rencilla, se le  acusaba de pertenecer al otro bando y con eso ya estaba aniquilado, ya no volvía a estorbar...

Quien está en este país, sacando a las personas adelante, a los parados adelante, a los divorciados adelante, a los niños adelante... Son esos mayores que cotizaron lo que nosotros no vamos a poder cotizar, que con su sangre, su sudor y sus muchas  lágrimas, dejaron de atender a sus hijos y a sus conyuges por buscar en Francia, en Alemania, en Suiza, un futuro. Y regresaron a la patria, descuajeringados, pero siguieron trabajando hasta que les llegó la edad de la jubilación. Y que ahora llevan sobre sus espaldas, el peso de criar a nietos y quitar el hambre e incluso la hipoteca, a sus hijos que se quedan en la calle, desahuciados, desesperados, y sin ganas ni ilusión para levantarse por las mañanas...

Pues bien; dichoso el que tiene padre, madre que cobra una pensión por pequeña que sea, que tiene una vivienda en propiedad, por modesta que sea, que aunque en un pueblo sin apenas vecinos, del que salió para estudiar y labrarse un porvenir, ahora puede labrar la tierra, donde plantar un par de lechugas y poco más...
Dichoso digo, el que puede recurrir a la familia, meterse de nuevo entre las faldas de la madre o las faldillas del brasero cuando le haga falta y tirar hasta que esto amaine, que no tiene pinta de amainar...
.
Begoña Leonardo : "Trabajadora de la palabra... Autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias..." 

lunes, 19 de abril de 2010

OPINIÓN: SI HABLAMOS DE LO VULGAR... por Begoña Leonardo


Por Begoña Leonardo


El origen etimológico:
Vulgar; perteneciente al vulgo, al pueblo llano.
Di-vulgar; intentar que algo sea conocido por el mayor número de personas.
La ordinariez o el mal gusto, la ausencia de modales o de elegancia. Algo que es muy de nuestro tiempo, ya en la antigüedad era motivo de estudio y aunque, salvando las distancias, tiene mucha relación con lo que Teofrasto 372 a.C (sucesor de Aristóteles en la escuela Peripatética, destacado estudioso de la ciencia y reconocido por sus tratados de botánica), en la obra “Los caracteres”, plasmó un breve, vigoroso y mordaz boceto de los tipos morales. Donde deja patente que la rusticidad es “la ignorancia carente de modales”.
Estamos acostumbrados a observar y a sufrir a través principalmente de la televisión, la vulgaridad tanto en su expresión verbal como no verbal. Con el pensar, pero también con el hacer. Según Teofrasto, cuando alguien es vulgar, lo es en todo. Y lo es definitivamente porque no sabe que lo es, o sea, que es tarea casi imposible ponerle remedio.
La vulgaridad, por tanto, nace de la ignorancia, el desconocimiento de ser vulgar, llegando al extremo , incluso, de verse en ocasiones a sí mismo como alguien excelso y refinado. Sobre todo cuando se tienen alrededor bufones preocupados exclusivamente de las audiencias, que aplauden y vitorean estos comportamientos deplorables, que sólo contribuyen a que el mal gusto se generalice. Mostrar personas que saben estar, educadas, atentas, cordiales, respetuosas con sus semejantes y con una preparación, no es rentable.
Cuando se conjugan; vulgaridad, ordinariez, grosería... el resultado puede ser “la mala educación”. Aunque, independientemente, una persona vulgar no tiene por qué ser maleducada, porque la vulgaridad no es un asunto ético, sino estético.
Nadie nace vulgar, pero cultivar lo vulgar, cultivar lo que nos regalan estos patrones que influyen sobre todo, en gente que no se atreve a mirar un poco más allá, o en los que por su escasa preparación, luces o edad, simplemente se quedan enganchados a la pantalla, para ver personas que se enfrentan, que se despellejan... que aluden a familiares, a los que dicen que quieren y que por ellos “ma-tan”, que salpican de mierda a todo el que se acerque, que pase por allí. Contribuyen de manera nefasta a que, miremos donde miremos, no encontremos en lo vulgar; lo llano, lo del pueblo, sino lo soez, barriobajero y falto de modales.
Desgraciadamente, muchas personas pasan las mañanas, las tardes, las noches, sin ningún objetivo lúdico más cerca. Sin acudir a un museo, a un teatro, sin acariciar un libro entre sus manos. Sin ninguna experiencia próxima a la cultura, sin ninguna conversación medianamente interesante. Hemos pasado del patio de vecinos a la pantalla, con sólo pulsar un botoncito del mando a distancia. Acomodados en el sofá , millones de espectadores disfrutan a la vez del espectáculo, pero padecen de manera individual, una existencia hueca.
“Hay un vulgo en todas partes” que decía Graciano, refiriéndose a la Corte Corintia...
Cualquier necedad es vulgar y la necedad es igual a bobería.
Seamos críticos, no bobos.
.
Begoña Leonardo : "Trabajadora de la palabra... Autónoma a ratos, madre a tiempo completo, poeta siempre y sin opción. Escribo para diferentes medios como freelance, y en formatos digitales, blogs, revistas literarias..."