lunes, 21 de junio de 2010

Almandrade: La persistencia del nudismo abstracto. Semblanza de Décio Pignatar

Almandrade: La persistencia del nudismo abstracto

 Pensé en elementarismo, despojamiento, abecedarismos  geométricos, pero terminé optando por la idea del nudismo abstracto para intentar  caracterizar la postura y la impostura de Almandrade  ante sus creaciones y criaturas “sígnicas”, que vacilan entre la bi y la tridimensionalidad mediante dos o tres colores, dos o tres texturas. 
 
La parsimonia de esos objetos franciscanamente contundentes, diseñados y signados (de-signados), elaborados  siguiendo un manual de ortografía,  se “performan” de manera engañosamente significados y simplistas, en cuanto que metafísicos.
 
Crean un campo que parece significativo, que parece rechazar instrucciones “extratextuales” , incluso cuando incluyen algún elemento  in memoriam Dada

Meteoritos geométricos del pensamiento, taquigrafía precisa de una  clarísima visión cuya totalidad se eclipsa, da pistas y deja huellas de un evento artístico-mental; ocurrido en el panorama ecológico del arte del siglo XX, como un pájaro en extinción, aparición de un orden innegablemente metafísico, esencia y  formas divinas (diría Baudelaire) del pájaro desnudo de la poesía y de sus amores  descompuestos.

Un nudismo Proun (El Lissitsky) en los trópicos, añoranzas metonímicas del paraíso, bellas construcciones-instalaciones no habitables, muestras cuasi duchampescas, cuasi “bandoleroburguesas”, de un ex-Edén artístico, donde la probable ironía incrustada  no pasa de una media sonrisa. 

Estos seres correcta  y rigurosamente desnudos, el ojo los toma por enteros, como objetos que caben en el bolsillo. Y su música, pese a no ser siquiera de cámara, es de callejón, nicho y canastillo: son microtonos, mini-ideogramas sólidos  a beneficio de Scelsi.
 
Almandrade mima las miniaturas de sus criaturas, cuya “nudez” implica mudez, limpia limpieza del ojo artístico, ya cansado de la fantástica historia del arte de este siglo (pasado -N. del T.-) interminable, de este infinito milenio.





El nombre Almandrade -en realidad el artista se llama Antonio Luiz M. Andrade- está asociado a una singular estrategia dentro de lo que se llama arte contemporáneo. Artista plástico, arquitecto, maestro en diseño urbano, poeta y profesor de teoría de taller de arte en el Museo de Arte Moderno de Bahía.
Se integró en proyectos colectivos de poemas visuales, multimedia y de instalación en Brasil y en el extranjero y fue uno de los creadores del Grupo de Investigación de Lengua de Bahía que editó la revista Semiótica en 1974; realizó cerca de veinte exposiciones individuales en Salvador, Recife, Río de Janeiro, Brasilia y Sao Paulo entre 1975 y 1997; escribió en varios periódicos y revistas especializadas en arte, arquitectura y urbanismo y ha publicado varios libros de poesía y/o de obras visuales.
Tiene obras en diversas y variadas colecciones privadas y públicas como el Museo de Arte Moderno de Bahía y la Pinacoteca Municipal de Sao Paulo. Retrospectiva Museo de Arte Moderno de Bahía, 2000. Exposición "pensamientos" en el Museo Nacional de Bellas Artes, Río de Janeiro, 2002.
Ha participado en diferentes exposiciones colectivas, entre ellas:
 • XII, XIII y XVI Bienal de Sao Paulo.
• "En busca de la esencia" - Muestra especial XIX Bienal de Sao Paulo.
• IV Salón Nacional.
• Universo Fútbol (MAM / Río).
• Feria Nacional  (Sao Paulo).
• II Salón Paulista.
• I Exposición Internacional de Escultura Efímeras (Fortaleza).
• Salón Baiano.
• II Nacional de Salón.
• Mención honorífica en el Primer Salón Estudiantil de 1972.
Premios:
 • Premios en los concursos de proyectos para obras de artes plásticas del Museo de Arte Moderno de Bahía, 1981/82.
• Premio Fundarte en el XXXIX Salón de Artes Plásticas de Pernambuco en 1986 .
Libros:
• "Sacrificio del sentido", "La oscuridad de la risa", "Poemas", "Noche de sudor" y “Arquitectura de algodón”. Premio Copene de cultura y arte, 1997.
Traducción de Bruno Jordán

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