lunes, 29 de diciembre de 2025

Para un invierno átono y viscoso, sin frío ni calor (3 de 10)

 

Almaraz, Cudillero, León: recuerdos y

 regresos, sal de la vida


 Por Pedro Costa Morata
      Ingeniero, Periodista y Politólogo. Ha sido profesor en la Universidad Politécnica de Madrid. Premio Nacional de Medio Ambiente.


     Se acordaron de mí los rigurosos redactores de Amanecer sin Almaraz, gente del grupo ecologista ADENEX, y les envié mi prólogo con lo que más oportuno consideré dado el carácter eminentemente cronológico del libro, y que era el relato de mis zascandileos a principios de 1975 por ese pueblo, en el que ya se había iniciado la construcción de una potente central nuclear de dos reactores. El alcalde no estaba, así que continué camino hacia Cáceres capital, donde esa tarde (16 de enero de 1975) debía dar una conferencia sobre centrales nucleares en la Escuela de Formación del Profesorado de EGB (antes, Magisterio). Tengo que recordar que fue mi amigo de Águilas, Juan Ramón Cervellera, que trabajaba en esa ciudad, quien movió lo de mi presencia en ese centro, queriendo que se extendiera la inquietud que ya habíamos vivido en nuestro pueblo y que surgía en numerosos puntos de España aquejados de la misma plaga de proyectos atómicos.


Amanecer sin Almaraz, y los extremeños en lucha.

Existía interés -no me atrevo a llamarlo extendida inquietud- en algunos sectores extremeños, pero nada que ver con oposición activa o actitud crítica. Unos días después contacté por teléfono con el alcalde de Almaraz, que me dijo que “todo lo ha llevado la Hermandad de Labradores y Ganaderos, incluida la contratación de los obreros”. Le hice observar que el grupo 1 disponía de autorización de construcción desde casi dos años antes y que la distancia al pueblo del emplazamiento era inferior a lo que establecía el Reglamento de Actividades Molestas, Nocivas, Insalubres y Peligrosas de 1961, ante lo que no reaccionó.

     Aprovechando aquella invitación de los estudiantes de Magisterio de Cáceres, visité Valdecaballeros y Castilblanco (20 de enero de 1975), en la Siberia pacense, afectados por otra central doble, en estado de proyecto, y comprobé con desolación la actitud generalizada de aceptación, unas veces fatalista y otras basadas en “informaciones” indescriptibles. Salvaré de esta atonía al farmacéutico de Castilblanco, que me expresó sus reticencias pero que, seguramente por sentirse solo o vigilado, no podía aportar gran cosa a la revuelta necesaria.

     Fueron estas mis primeras incursiones (volvería a la comarca una docena de veces) por aquella tierra de la Extremadura por nuclearizar, percibiendo desconocimiento, ausencia de alerta en sus fuerzas vivas y un ambiente cargado de malos augurios y de hechos consumados. Nada que ver con la agitación en el País Vasco, en Navarra, Aragón, Cataluña o Murcia, donde yo ya había estado, intervenido o “aprendido”. Todo eso cupo en mi primer libro en solitario, Nuclearizar España, que apareció en junio de 1976, y que recordé en la presentación del texto al que aludo, Amanecer sin Almaraz, en Madrid el pasado 12 de diciembre.

     Unos días antes, desde Asturias me llegó la evocación, tan de agradecer, de mi aparición en Cudillero en mayo de 1974, cuando agitaba las costas cantábricas incitando a la rebelión en Lugo (proyecto nuclear de Xove), Cantabria (central para San Vicente de la Barquera), Vizcaya (proyecto de Ea-Ispáster) y Guipúzcoa (Deva). Ha sido Juan Manuel Álvarez del Busto, con su artículo “Cuando Asturias pudo tener una central nuclear: 1974, el año en el que Cudillero fue Fuente Ovejuna” quien, en La Voz de Asturias (19 de noviembre,) le dio por recordar cómo al solo rumor de que Hidroeléctrica del Cantábrico quería instalar una central nuclear en el espacio maravilloso de la Concha de Artedo, la corporación municipal en Pleno calificó el proyecto de “locura” y advirtió de que se opondría con total decisión.


Concha de Artedo,joya del litoral asturiano (Turismo Asturias).

     Me enteré por la prensa y escribí inmediatamente al señor alcalde felicitándole por la decisión de los munícipes y ofreciéndole toda mi ayuda. Y cuando poco después aparecí por el pueblo (26 de mayo de 1974), según bajaba recorriendo el pueblo (en Cudillero o se baja o se sube, no hay otra) pregunté al primer viandante que encontré por cómo localizar a Del Busto, cuya crónica periodística me había alertado del caso, y cuál no sería mi satisfacción (repetida en otras dos o tres ocasiones en geografías y circunstancias muy diversas) cuando me contestó “Soy yo”. Ahora el buen Juan Manuel recuerda aquellos días, siendo “un chavalín de 22 años” que acababa de ser nombrado cronista de la villa y que, entre otras ayudas a la posición de rechazo del pueblo, recibió “visitas de personajes como el profesor, ecologista y ‘tremendo activista’ Pedro Costa Morata desde Águilas (Murcia)”. Así me describe desde los 51 años pasados, por lo que no se acuerda de que yo estaba en Bilbao trabajando para la industria nuclear, y que en trepidantes fines de semana me movía hacia el este y el oeste, pulsando los estados de ánimo y empujando a la revuelta.

     Lo importante fue que la hermosa playa de la Concha de Artedo quedó como estaba (más o menos), y la osada eléctrica asturiana encajó un gol decisivo aun antes del partido. La verdad es que mediado 1974 los proyectos nucleares caían abatidos por el hacha popular (presión mediante sobre las corporaciones municipales) según aparecían en el BOE; y lo que luego sería el ecologismo español, que en esa etapa era una ofensiva antinuclear muy centrada y concreta, tomaba forma con rasgos políticos que serían indelebles en los últimos tiempos del franquismo y, con sorprendente continuidad, en la Transición y aun después.

     La tercera rememoración, también de estas últimas semanas, me emociona tanto o más que las anteriores, ya que me aporta un “chute” de leonesismo con recuperaciones del alma, que es mucho, y que, resumiendo, se trata de presentar en la Casa de León de Madrid un libro mío de 1993… que mira tú por dónde renueva su actualidad y viene al pelo y al hilo de una persistente (y encendida, con razón) reivindicación de la ciudad de la Pulchra leonina (ya sabéis: esa catedral fascinante hecha milagro por obra de “la piedra, el cristal y la luz”). La indignación popular, con hartazgo, tiene que ver con la ocurrencia, mantenida y no enmendada, de sacar la estación del legendario tren de vía estrecha del centro de la ciudad para alejarla dos kilómetros: nunca se supo muy bien por qué, pero el caso es que así se hizo (quizás porque al anexionarse RENFE a la empresa FEVE, Ferrocarriles de Vía Estrecha de España, contagió a ésta el virus de su antipolítica ferroviaria, endémica desde que los directivos “renfistas” alucinan con el AVE).

     Pues este tren, que une León con Bilbao desde hace un siglo y que tiene su origen y objeto en llevar el carbón de la cuenca de La Robla a la siderurgia vizcaína, cosa que ha hecho desde 1893 hasta hace nada y que por eso es llamado hullero o de La Robla, ha ido sufriendo apreturas y amenazas de cierre cada vez que los técnicos del transporte ferroviario sentían el calentón de eliminar líneas y trenes deficitarios. Estos técnicos, mejor llamados tecnócratas, son incapaces de entender la función y el valor social de muchas de estas infraestructuras porque sus cabezas suelen estar hueras de cultura y sensibilidad (y de las de sus jefes y directivos, sean técnicos o políticos, ni os cuento).


De León a Bilbao por la ruta del vejo Hullero, en su 33 aniversario.

        El caso es que, afectado yo mismo por rumores y malos rollos sobre el cierre de esta línea de casi 300 kilómetros que recorre gran parte de la orilla sur de la Cordillera Cantábrica, aproveché la oportunidad que me daba mi cercanía al presidente de FEVE (a quien había conocido en trabajos anteriores dedicados a la red ferroviaria de RENFE), para proponerle un estudio-guía de la línea del Hullero destacando sus valores naturales y culturales con el fin de esgrimirlos ante la que me parecía una nueva ofensiva ministerial para liquidarla. Lo que me fue aceptado con interés, permitiéndome recorrer la línea varias veces, en tren para tomar nota del mismo “en su ambiente” y en coche para completar el trabajo, desde fuera, fotografiándolo en su entorno natural y cultural. Fue uno de los trabajos más interesantes y jubilosos de la cuarentena de proyectos que desarrollé en 30 años de consultor.

        El resultado fue un libro que consideré -así como quienes me lo habían encargado- muy favorablemente y que se editó en enero de 1993, en cuya autoría me acompañó Laura, una entregada bióloga que, sin embargo, trabajaba de secretaria en FEVE, pudiendo rescatarla por un tiempo. Que 33 años después la Casa de León haya pensado que es bueno y oportuno hacer una presentación pública, me alegra sobremanera. Ya he contado a los directivos de esa Casa regional que, mediado mi trabajo sobre el Hullero, el ministro de Transportes, Josep Borrell, decidió cerrar la línea alegando motivos de seguridad por deficiencias en la vía, lo que supo a intención de condenar al tren definitivamente; y a mí me dejó colgado. Fue el momento en que las Diputaciones Provinciales de León y Palencia, muy “carboníferas” (y socialistas) ambas, y curtidos sus representantes en luchas e insurgencias, le dijeron al ministro que si había deficiencias que las arreglara, pero que el tren tenía que volver a funcionar. Y así sucedió, pudiendo acabar yo mi trabajo un año después y pasando un rato inolvidable con la entrega del libro a bordo del propio tren el día friísimo del enero leonés en que -lleno de muy dignas autoridades- se reanudó el servicio.

        Es decir, que este heroico tren, parte sustancial del paisaje y la vida de una veintena de comarcas montañesas de cuatro provincias, sigue siendo objeto de pifias y envites, y como es en la ciudad de León donde ahora se centra el conflicto, con una opinión pública en indignada efervescencia, los leoneses de Madrid han considerado oportuno contribuir a la lucha, y por ello mi libro superviviente volverá a comentarse y debatirse el próximo 6 de febrero. (Imposible resumir mi satisfacción, no solo por el trabajo realizado en su día y ahora reavivado, sino por arrimar mi hombro y mi emoción a la ciudad donde me eduqué.)

sábado, 27 de diciembre de 2025

Nigeria y el nuevo tablero africano

 


La amenaza militar de Trump en Nigeria no responde a una crisis 

humanitaria, sino a una estrategia neocolonial diseñada para frenar la 

influencia de China y Rusia en África. Washington utiliza un supuesto 

“genocidio cristiano” como pretexto para ocultar sus objetivos


     La reciente amenaza de intervención militar en Nigeria por parte del presidente estadounidense Donald Trump no es un acto aislado ni una excentricidad retórica, sino la manifestación más cruda de una política imperial que se adapta al continente africano en plena reconfiguración geopolítica. Esta amenaza también manifiesta un poder en declive que recurre a viejas tácticas para mantener su dominio.


Lanzamiento de un misil en la intervención militar estadounidense en Nigeria.

Nigeria, como la mayor economía y potencia demográfica de África, se ha convertido en el campo de batalla decisivo donde los Estados Unidos intenta frenar el avance de China y Rusia, asegurar minerales críticos para la transición energética y contener la ola de soberanía que emana de la Alianza de Estados del Sahel (AES).


El presidente Donald Trump estrecha la mano del presidente nigeriano Muhammadu Buhari durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Sus declaraciones se inscriben en una larga historia de injerencia occidental que, bajo cambiantes pretextos, busca perpetuar una relación de dominación y extracción.


Fieles cristianos rezan durante una sesión de estudio bíblico en la Asamblea de la Ciudad de Cristo Goshen en Kaduna, Nigeria.

La crudeza de Trump al amenazar con “entrar en ese país, ahora deshonrado, con todas las armas en la mano” (‘guns-a-blazing’) desnuda la persistencia de una mentalidad neocolonial que ve en África un mero tablero de recursos y peones.


Misa católica en Lagos, Nigeria.

Trump ha guiado su política exterior por los principios disruptivos y proteccionistas de su lema “Estados Unidos Primero”, lo cual se puede evidenciar en la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional, que rompen con el enfoque de reconstrucción de alianzas adoptado por ex presidentes como Jimmy Carter en la década de los 70, Bill Clinton en los 2000, además de Barack Obama y Joe Biden recientemente.


El secretario de Defensa, Pete Hegseth, sale del Capitolio tras una reunión informativa a puerta cerrada con legisladores y el secretario de Estado, Marco Rubio.

Trump busca recuperar el estatus de Estados Unidos como la “superpotencia manufacturera del mundo”, tal como lo expresó en el Foro Económico de Davos en enero de 2025. Para ello, impone aranceles como táctica principal, permitiéndole renegociar los términos comerciales de los acuerdos económicos con sus aliados.


Trump se comprometió en Davos a convertir a Estados Unidos en una superpotencia manufacturera.

Este enfoque ha consolidado lo que seguidores del Movimiento MAGA (Make America Great Again), académicos y analistas internacionales denominan “la Doctrina Trump”: una política exterior unilateral y asertiva, que privilegia la acción directa sobre la diplomacia consensuada, aplicando la autoridad ejecutiva para justificar intervenciones bajo el argumento de amenazas a la seguridad nacional, desde la “lucha contra el narcotráfico” dentro de los EE.UU. y la designación de cárteles como terroristas transnacionales, hasta operaciones militares en Irán enmarcadas en su renovada “guerra contra el terrorismo”, en el que sus acciones más recientes son las amenazas verbales hacia Nigeria.


La Doctrina Trump.

La crisis de Nigeria no puede entenderse de forma aislada, sino como la pugna entre las fuerzas que impulsan una soberanía emergente y el neocolonialismo que busca perpetuarse. El pulso entre Washington y Abuya es, en realidad, una manifestación de la disputa actual por el futuro de África en el orden multipolar.


El presidente nigeriano, Bola Ahmed Tinubu, en una reunión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental en Abuya, Nigeria.

La narrativa de la “persecución de cristianos” en Nigeria no responde a una genuina preocupación humanitaria, sino una herramienta clásica de la doctrina imperial para fabricar consentimiento en Occidente y encubrir objetivos económicos y geopolíticos. Esta instrumentalización selectiva de los derechos humanos y la libertad religiosa es una táctica para desestabilizar naciones soberanas y justificar agresiones inaceptables.


Trump camufla sus verdaderas intenciones bajo un narrativa de 'persecución de cristianos'.

La campaña de denuncia de un “genocidio cristiano” en Nigeria por figuras políticas estadounidenses como el senador Ted Cruz, se apoya de una narrativa emotiva que deliberadamente simplifica la realidad. Citan cifras dramáticas – como las de que más de 50.000 cristianos han sido asesinados y miles de iglesias destruidas desde 2009 –, cuya fuente principal es una ONG nigeriana llamada InterSociety.


Tres adultos con un bebé abandonan Yelwata tras un ataque mortal perpetrado por hombres armados en Yelwata, estado de Benue, Nigeria.

Sin embargo, en contraste, investigaciones periodísticas serias e informes de organizaciones especializadas en el conflicto, evidencian la fragilidad de esta base: la BBC ha calificado la metodología de InterSociety como “opaca” y sus cifras como “difíciles de verificar”. También señala la falta de auditorías independientes y el hecho de que solo tres personas componen la junta directiva de la ONG. En esencia, la narrativa que se presenta a la opinión pública carece de transparencia y rigor.

Los datos de la organización Acled (Armed Conflict Location & Event Data Project), que constata la realidad en el terreno, sin embargo, cuenta una historia más matizada y trágica. Desde 2009, la cifra total de civiles muertos en Nigeria en actos de violencia – tanto musulmanes como cristianos – asciende a cerca de 53.000. Es decir, la cifra que se atribuye exclusivamente a víctimas cristianas se acerca mucho al número total de fatalidades civiles de diversas creencias religiosas.

Además, análisis independientes nigerianos como Nextier Violent Conflicts Database y African Security Analysis (ASA) subrayan que la mayoría de las víctimas mortales a manos de grupos yihadistas, como el notorio Boko Haram, son en realidad musulmanes. Es fundamental entender que la violencia en Nigeria es un conflicto multifacético y brutal que afecta a toda la población, y no se limita a un ataque selectivo unidireccional contra una comunidad religiosa. Reducir el conflicto a una “guerra santa” entre islamistas y cristianos como plantea Washington, es calificado por el propio gobierno de Abuya como una “grave tergiversación de la realidad”.




Lo que los Estados Unidos etiqueta como “yihad”, analistas como Christian Ani y Confidence McHarry lo identifican como un conflicto multifactorial arraigado en la disputa por el “acceso a la tierra y el agua”. Ani califica explícitamente de “exageración” etiquetar a los pastores Fulani como yihadistas, subrayando que las verdaderas raíces de estos enfrentamientos son económicas y ecológicas, exacerbadas por tensiones étnicas, no teológicas.

Las matanzas en el Cinturón Medio se están saliendo de control”, dijo Isa Sanusi, director ejecutivo de la rama nigeriana de Amnistía Internacional, quien dijo en mayo que dos estados de esa región representaban el 93% de las 10.000 personas asesinadas por bandidos en los primeros dos años de mandato de Tinubu.


Nigeria: aumenta el número de muertos y se avecina una crisis humanitaria en medio de ataques descontrolados por parte de grupos armados.

La postura de Washington revela cinismo: Mientras instrumentaliza la violencia en Nigeria, los Estados Unidos, según denuncia The Pan Afrikanist, respalda al ente sionista de Israel en crímenes contra el pueblo palestino y usa las mediaciones de paz en Congo y Ruanda como fachada para explotar recursos. Los Estados Unidos lanza amenazas de invasión contra “un país de mierda” como Nigeria por el supuesto “genocidio” de 52.000 cristianos durante 16 años, basándose en datos adulterados de “investigadores” cuestionables.


Donald Trump califica a Nigeria como 'país de mierda'.

Algunos datos reales de este conflicto son la tensión etno-religiosa entre un norte predominantemente musulmán y un sur mayoritariamente cristiano. Esta es una “falla histórica” que, según The Pan Afrikanist, los administradores coloniales británicos “perfeccionaron como táctica”, combinando deliberadamente etnia y religión para “impedir una lucha anticolonial unificada”.

El doble rasero estadounidense en este caso, no es casualidad, refleja una política exterior que usa los Derechos Humanos como arma geopolítica y no como principio universal. En Nigeria, Washington busca frenar la pérdida de hegemonía frente a China y Rusia, presionando a una potencia demográfica, económica y petrolera clave del continente.


Nigeria es la mayor potencia petrolífera del continente africano.

En América Latina, aplica tácticas para apropiarse de los recursos del país con las mayores reservas de petróleo del mundo y llevar a cabo un “cambio de régimen” en Venezuela.


Venezuela posee las mayores reservas petrolíferas del mundo.

La política de Washington hacia Nigeria responde al avance de China y Rusia en África. La cooperación sino-nigeriana ya suma más de 20 mil millones de dólares en inversiones chinas destinadas a infraestructura crítica y 1.3 mil millones de dólares en litio.


Nigeria obtiene 20.000 millones de dólares en inversión china para impulsar el crecimiento industrial.

Este modelo de cooperación, que ofrece desarrollo de infraestructura sin las condiciones políticas ligadas a los préstamos occidentales, es percibido en Washington como una amenaza existencial a su modelo de dominación.


China consolida su presencia en el mercado del litio en Nigeria gracias a su impulso a los beneficios.

El Olor del Petróleo y la Fiebre de las Tierras Raras

Estos dos recursos son el principal motor de la agresión estadounidense. Como afirma la publicación The Pan Afrikanist, “el objetivo de la US war machine es asegurar el dominio de los recursos”. Nigeria, al ser el mayor productor de petróleo de África, representa un premio energético indispensable. Además, el país posee un enorme potencial en minerales críticos, como las tierras raras, que son cruciales para la industria tecnológica, la transición energética y los sistemas de defensa.

La amenaza de intervención busca crear un entorno de inestabilidad que debilite la soberanía nigeriana y facilite la extracción de recursos por parte de corporaciones occidentales. En este marco, Washington también apunta al gasoducto  Nigeria-Marruecos, crucial para abastecer a Europa y reducir la dependencia del gas ruso.




Tras haber sido expulsado de Níger en 2024 junto a otras potencias occidentales, los Estados Unidos busca desesperadamente reincorporarse en la región para mantener su presencia militar y contrarrestar la creciente influencia de la Alianza de Estados del Sahel (AES), conformada por Malí, Burkina Faso y Níger. Estos países representan un modelo de soberanía que Washington teme se extienda en el continente africano.

El objetivo de esta presencia militar en todo el mundo es crear “condiciones donde los intereses económicos estadounidenses puedan florecer”. Una base en Nigeria le permitiría a los Estados Unidos no solo proyectar poder en el Golfo de Guinea, sino también disponer de una plataforma desde la cual lanzar ataques proxy, encubiertos y abiertos contra los países de la AES. La presión sobre Nigeria, por tanto, también tiene un componente geopolítico clave: convertirla en un pivote para la estrategia de contención estadounidense en una de las regiones más dinámicas y rebeldes del continente.

En este engranaje, la élite local, denominada la “burguesía africana” o “clase compradora” desempeña un rol clave en la estrategia de los EE.UU. Educada en Occidente y alineada con intereses metropolitanos, actúa como intermediaria que facilita la intromisión externa. En lugar de impulsar la liberación, asegura que la riqueza nacional fluya hacia fuera, garantizando su propio enriquecimiento y permanencia. Estos factores internos, sin embargo, no operan aislados, sino dentro de una reconfiguración continental y global que redefine las dinámicas de poder y soberanía en África.

En síntesis, la amenaza de intervención militar de los Estados Unidos en Nigeria, bajo un falso pretexto humanitario, constituye un estratégico y desesperado intento de Washington por frenar la erosión de su hegemonía en África de manera coercitiva, no responde a una crisis religiosa, sino al avance de un orden multipolar en el que Nigeria juega un papel fundamental. Es una reacción directa a la creciente influencia de China y Rusia, al precedente soberano de la Alianza de Estados del Sahel y al renacer de una conciencia panafricanista que amenaza con desmantelar las estructuras de dominación neocolonial.


¿Por qué el presidente Trump amenaza con una intervención humanitaria en Nigeria?

La clave está en el desarrollo de una conciencia política revolucionaria que permita a los pueblos de Nigeria, y de toda África, unirse contra las amenazas externas. La batalla por Nigeria es, en última instancia, la batalla por el futuro soberano de todo el continente africano. Su resultado definirá si África avanza hacia una era de autodeterminación o si las cadenas del neocolonialismo logran imponerse una vez más.


Fuente: EL VIEJO TOPO

viernes, 26 de diciembre de 2025

The Oil Crash: Año 20

 

 Por Antonio Turiel    

      Físico, matemático y experto en energía. Trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC.


     Como cada año, llegamos a ese momento en el que hacemos un resumen de los eventos más importantes que han marcado su devenir, principalmente desde el punto de vista de la crisis de sostenibilidad en la que estamos inmersos, sin descuidar cada uno de sus aspectos: ambientales, de recursos y sociales. Y este año ha venido especialmente cargado de eventos, por desgracia, por todos los frentes.


Carga policial en Madrid contra manifestantes opuestos al genocidio en Gaza durante la Vuelta ciclista de 2025.

- La presidencia de Trump:




La nueva entrada de Donald Trump en la presidencia de los EE.UU. ha sido de todo menos plácida. La mayoría de las medidas que ha tomado, tanto el frente interior como el exterior, son violaciones claras y sistemáticas de leyes nacionales e internacionales que buscan proteger derechos básicos. En el frente interior, destaca la actuación represiva y con nulo respeto a los derechos humanos de los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (los infaustos ICE) y la toma de medidas personales dirigidas a individuos concretos como represalia por sus acciones en favor de los derechos humanos, como es el caso de la relatora especial de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, aparte de otras medidas más bizarras como declarar Antifa organización terrorista (cuando es solo una etiqueta genérica, no una organización) y en general la violencia verbal contra sus oponentes políticos o simplemente periodistas, buscando la intimidación siempre. Enturbian aún más la situación doméstica los actos de violencia política (como el asesinato de Charlie Kirk) o la turbia historia con los archivos de Jeffrey Epstein. Mientras tanto, en el frente exterior la política del Sr. Trump ha sido todavía más destructiva: aranceles (que propone o quita en función de la capacidad de coacción del otro, especialmente ridícula la actuación de los EE.UU. con los aranceles a China), afán expansionista (ahí tenemos las declaraciones de Trump diciendo que necesitan Groenlandia o que el petróleo de Venezuela es suyo) y en general un alto grado de injerencia geopolítica, con resultados que van a acabar siendo desastrosos: ahí está el plan de paz para Ucrania que es de facto un plan de rendición incondicional y de sometimiento al capital americano, su plan de reconstrucción de Gaza que pasa por consumar la actual limpieza étnica y crear un resort para ricos, la guerra de (aún) baja intensidad contra Venezuela incluyendo la incautación de petroleros, y ahora el bombardeo de posiciones en Nigeria  (de repente los EE.UU. se han dado cuenta de que en el principal productor de petróleo de África se mata a cristianos). En resumen, un desastre total... y aún no lleva ni un año.

- El reagrupamiento geopolítico:




Mientras los EE.UU. intentan reforzar su papel como amos del mundo, los BRICS no se han estado quietos y avanzan en su consolidación como contrapoder global. La enorme torpeza de los EE.UU. ha favorecido un mayor acercamiento entre dos rivales regionales tradicionales, como son Rusia y China, los cuales están estrechando cada vez más sus lazos comerciales y haciendo más fuerte su unión. En particular, Rusia exporta cada vez más gas natural hacia China y más petróleo hacia la India, y con la consolidación de estas rutas comerciales la importancia de Europa como cliente se va debilitando a marchas forzadas. El hecho es que Rusia no volverá ya nunca a ser un suministrador tan importante de Europa: ha diversificado su mercado, lo cual le dota de resiliencia y disminuye la capacidad de coacción de Occidente. El problema es más bien para Europa, ya que que, ¿de dónde va a conseguir ahora energía barata? Por si fuera poco, los BRICS están consolidando su sistema de intercambios bancarios y cada vez se están usando más sus propias monedas, como los rublos y los yuanes, para los intercambios de materias primas, debilitando así el papel del dólar como divisa de reserva. Quizá los EE.UU. han entendido que ya no van a poder imponer su moneda al resto del mundo, y que su "privilegio exorbitante" está llegando a su fin: de ahí los aranceles y de ahí su prisa por forzar su propia reindustrialización. El problema es dónde queda Europa en todo esto.

- El hundimiento de Europa:




Europa se está quedando sin escapatoria. Abandonada por los EE.UU. en una guerra imposible de ganar en Ucrania, carente de energía barata para poder mantener su industria (el gráfico que acompaña estas líneas ilustra el hundimiento del sector industrial en Alemania desde 2017), con un modelo de transición energética que está fracasando por falta de tecnologías palanca capaces de producir una verdadera substitución energética... Europa no sabe a dónde va, porque en ningún momento ha contemplado la posibilidad de que su plan de transición y en general sus políticas no tuvieran una base técnica: el dominio de los tecnócratas formados en escuelas de negocios ha descuidado la comprensión de las leyes más básicas de las ciencias naturales, desde la Física a la Biología, pasando por la Geología y la Química. Nuestros líderes están desorientados y al tiempo se echan para atrás en la prohibición de coches con motor de combustión interna para 2035 pero siguen adelante con la idea del rearme mientras proponen 47 proyectos de minas para la extracción de minerales estratégicos en el todo el territorio de la UE. Mientras tanto, la intención de voto a los partidos de ultraderecha sube en toda la UE, como respuesta a la demostrada inoperancia de los desnortados partidos tradicionales. Europa no sabe a dónde va, Europa va a la deriva y probablemente se va a estrellar contra algo.

- La guerra de Ucrania:




Un año más, y ya van casi tres, de guerra cruenta, de miles de vidas segadas, de ciudades destruidas, de poblaciones desplazadas... Este año, el ejército ruso ha decidido atacar masivamente la red eléctrica, así que en medio del crudo invierno ucraniano está faltando electricidad en la mayoría del país. Ucrania tiene problemas para seguir reclutando, en tanto que Rusia utiliza mercenarios de otros países afines y al mismo tiempo ha impulsado su propia industria armamentística. Las consecuencias de todo esto son claras, aunque sé que resulta de mal tono decirlo: la realidad es que la guerra se está perdiendo, el frente colapsa por diversos sitios y las fuerzas ucranianas ya no están en condiciones de evitar el avance de los rusos, solo de retardarlo. Europa no tiene un plan B, en tanto que los americanos ya están pensando en otras cosas…

- El genocidio en Palestina:




Hace más de dos años que Israel comenzó una campaña de exterminio sistemático de la población palestina, sobre todo en la Franja de Gaza. Hay decenas de miles de muertos, posiblemente centenares. Naciones Unidas declaró la situación de hambruna, consecuencia de las política de bloqueo de acceso de alimentos y medicamentos a la Franja. Precisamente para intentar forzar ese bloqueo, varias flotillas han intentado llegar a la costa de Gaza, sin éxito, pero por lo menos han servido para aumentar la conciencia en el mundo occidental de la salvajada injustificable que está pasando en este rincón del mundo. En este momento, se supone que se ha iniciado una tregua y un proceso de paz, pero Israel sigue matando varias decenas de palestinos cada semana, y la vida en la Franja sigue siendo durísima. El exterminio sigue, solo que a otra intensidad; y por desgracia esta estrategia ha funcionado, ya que los medios de comunicación occidentales efectivamente han reducido la intensidad de su cobertura de esta tragedia.

- Año de incendios:




El año 2025 se estrenó con unos incontrolables fuegos en California, que amenazaron zonas muy pobladas y que causaron la destrucción de unas 18.000 viviendas y la muerte de hasta 400 personas (las estadísticas son muy variadas por la disparidad en la consideración de la causa de muertes, por ejemplo por inhalación de humo). Después, y como se está convirtiendo en costumbre, una nueva oleada de fuegos en la Columbia Británica, en Canadá, con la destrucción de casi 900.000 hectáreas de bosque. Y en España el mes de agosto vio incendios de grandes proporciones en el noroeste y en particular en mi provincia natal, León, con 135.000 hectáreas quemadas tan solo en Castilla y León. La sensación de impotencia, el abandono, la indiferencia y que a pesar de la tragedia nada cambie, todo eso contribuye a que este episodio en particular sea una de las píldoras más amargas de tragar este año para mis paisanos.

- Eventos extremos:




A pesar de que el calentamiento global sigue acelerándose, 2025 no ha sido un año pródigo en eventos extremos: ha habido, por supuesto (por ejemplo, la tempestad que inundó la localidad marroquí de Safi causando 37 muertes hace un par de semanas), acompañado de otros eventos inusuales como la nevada en Arabia Saudita o los 20 grados que se marcaron ayer en Islandia, por encima de la máxima habitual en junio. Pero afortunadamente este año no han sido pródigo en eventos extremos particularmente en España, y los que ha habido han tenido una extensión espacial y temporal limitada. A una escala mayor, la temporada de huracanes de 2025 ha cerrado con uno de los conteos más bajos de la historia reciente, aunque con huracanes más fuertes. La causa de que se formen menos tempestades posiblemente tiene mucho que ver con una atmósfera mucho más inestable y mayor cizalla horizontal, que inhibe la formación de procesos convectivos. Eso sí, cuando se forman son más violentos. Qué pasará a medida que la energía disponible sea mayor, siguiendo el proceso de calentamiento, es algo con lo que solo podemos especular, pero la intuición es que veremos eventos nunca antes vistos por su violencia.

- Protestas pro-Palestina en España:




España es uno de los países de Europa donde ha habido mayor concienciación de lo que está pasando en Gaza y donde la población ha podido más abiertamente manifestar su repulsa contra esta aberración, particularmente con motivo de la Vuelta Ciclista y el repudio a la participación de un equipo israelí. Todo comenzó con 5 manifestantes que cortaron la carrera unos minutos en Figueres, la localidad que me ha adoptado; al día siguiente, fueron 10 en Olot, pero más de 100 se manifestaban en la calle; en pocos días, centenares de manifestantes abarrotaban las calles del País Vasco, luego Cantabria, luego Asturias, Galicia y para finalizar miles de personas impidieron el transcurso habitual en Madrid. Unas semanas más tarde, las protestas se generalizaron en toda España con motivo del apresamiento de la Global Sumud Flotilla. En el momento actual, España se ha retirado del concurso de Eurovisión, y es posible que haya algunos boicots adicionales a actividades deportivas donde participe Israel. Solo el tiempo dirá si estas protestas han llegado para quedarse.

- Ascenso de la ultraderecha en toda Europa:




En medio de la total inoperancia de los partidos tradicionales (incapaces de dar respuesta a los problemas más acuciantes de los ciudadanos, desde la carestía y escasez de la vivienda hasta la creciente precarización de los trabajos y el deterioro de los servicios públicos), las encuestas reflejan un apoyo creciente a los partidos de extrema derecha. Partidos que para nada cuestionan la inviabilidad económica del capitalismo, y que centran sus "soluciones" en la persecución del diferente, en la criminalización de los emigrantes y en su furibundo ataque a lo que suene vagamente a ecologista. El objetivo más o menos declarado es que para superar la actual crisis social y económica lo que hace falta es más capitalismo, no menos. Muchos de estos partidos cuentan con un buen respaldo financiero, y obviamente su programa político es del gusto de una parte de las élites económicas.

- Sobra petróleo...:




Llegamos al final de 2025 con un precio del barril de petróleo más que moderado, en el entorno de los 60 dólares para el barril de Brent. No solo eso, la narrativa en el mercado es que está "inundado" y que va a sobrar petróleo durante años, y que nos esperemos precios de hasta 30 dólares el año que viene. Sin embargo, este discurso oculta algunos aspectos importantes. Uno de ellos, que tan importante como el incremento de oferta es la caída de la demanda, sobre todo en Alemania y otras naciones de Europa. Por otro lado, el incremento se basa de manera muy importante en el petróleo de fracking de los EE.UU., en lo que puede ser su canto del cisne. Pero además esta abundancia oculta carencias graves y sistemáticas, y en particular del tipo de petróleo necesario para producir diésel (del que, como sabemos, hay una carencia estructural desde hace años). No deja de ser significativo que a los EE.UU. se les haya dado ahora por incautar petroleros venezolanos…

- ... pero faltan muchas materias primas:




Muchas materias primas están cotizando a precios de récord. En el caso de algunas, como el oro o posiblemente la plata, se puede alegar que su condición de metales precisos influye en la actual escalada de precios, ya que se buscan valores de refugio. Pero eso no justifica la subida incesante del precio del cobre, que toca máximos históricos. En realidad, tanto el cobre como la plata están ya entrando en el proceso final de su agotamiento geológico, y su extracción posiblemente ha tocado su pico, o está a punto de hacerlo. Incluso sin haber llegado a sus probables máximos de extracción, la producción ya no puede aumentar significativamente, y eso dispara su escasez y su precio, sobre todo en un momento en que su demanda es muy alta por los requerimientos tanto de la transición renovable como de las nuevas tecnologías. La creciente escasez de metales de interés industrial va a ocasionar graves problemas económicos en los próximos años, y tiene un potencial destructivo comparable al del propio peak oil.

- El apagón en España:




Este 2025 que pronto se despide ha visto también un apagón en España, que se produjo a las 12:33 del día 28 de abril. Un apagón cuyas causas y consecuencias ya hemos discutido varias veces, y que en particular está precipitando la debacle del modelo de Renovable Eléctrica Industrial (REI): para garantizar la estabilidad de la red, se mantiene cierta cantidad de generación eléctrica usando centrales de gas de ciclo combinado, lo cual encarece la factura y además disminuye el ya reducido margen de utilización de las plantas renovables, hundiendo aún más su rentabilidad, ya muy afectada por los crecientes curtailments. Todo lo cual era muy previsible y sobre lo que nadie ha querido actuar.

- El hundimiento del REI:




Desde principios de año, y no solamente en España, se está produciendo un fuerte desinversión en la renovable eléctrica. La reevaluación de los costes operacionales de la eólica, y particularmente de la eólica marina, reflejan una baja o inclusive negativa rentabilidad. En cuanto a la fotovoltaica, dada su intermitencia y características, hacen falta muchos sistemas instalados pero compiten unos con otros cuando producen (lo que a veces se denomina canibalización), y también dejan de producir a la vez. Este problema no tiene ninguna solución, ya hace años que lo llevamos comentando, y encima tampoco se están introduciendo masivamente tecnologías palanca (como el coche eléctrico o el hidrógeno verde) para aprovechar el excedente porque simplemente no funcionan como estaba previsto, la tecnología no tiene las capacidades que se le presuponían. Para acabar de redondear la tragedia, se acaban los fondos NextGenerationEU, y encima no se van a poder cumplir algunos compromisos contractuales de suministro. El REI muere. Nadie lo va a reconocer, y se disimulará con pequeños proyectos que seguirán adelante, pero esto se acaba, ya no va a volver a haber el impulso fuerte de estos años - no en España ni en Europa, al menos. Cuántas empresas van a quebrar es a día de hoy una incógnita.

- La proliferación del biogás y la biomasa:




Pero el capital lógicamente no se va a estar quieto, y ya está buscando masivamente oportunidades de inversión. Las cuales las centra actualmente en el biogás y en la biomasa -una aberración conceptual, energética y económica, aparte de social- pero que por desgracia seguramente se va a impulsar para intentar mantener rodando la pelota de nuestro insostenible sistema económico unos pocos años más. En ese sentido, en las comunidades autónomas españolas han proliferado como setas durante los últimos los planes de biometanización y de biogás, en los que se prevé el procesamiento de centenares de miles de toneladas de residuos, en conjunto millones, sin que haya capacidad en los territorios de implantación de generar ese enorme volumen de residuos, los cuales obviamente se prevén importar de otros sitios (posiblemente, desde Europa). Y ya comienzan a asomar la patita los planes de aprovechamiento masivo de la biomasa, primero con la excusa de la electricidad y el calor, pero ya también se empieza a mostrar el que desde luego siempre ha sido el objetivo último, hacer el proceso de Fischer-Tropsch para generar combustibles líquidos y compensar la creciente falta de diésel…


Fuente: The Oil Crush