jueves, 8 de diciembre de 2022

Pedro Castillo ha sido destituido en Perú

         

   Mientras nos decían que había dado un golpe de Estado y que se convertía en "dictador"(sic) estaba pasando otra cosa realmente. Propongo ver este caso desde varias claves que entiendo es donde podría estar la verdad de lo ocurrido. 






   En primer lugar, esta destitución de Castillo desmonta la narrativa de "dictador" que aparatos mediáticos al servicio de poderes oligárquicos peruanos y regionales nos quisieron imponer desde que era candidato. Algo que denuncié varias veces. 


https://twitter.com/elvin_calcano24/status/1587812341109891072 


   ¿Qué dictador puede ser un presidente débil como Castillo que nunca tuvo apoyo militar ni de ningún sector de poder político, económico o mediático? Estos tres últimos, como he explicado por aquí, son los poderes fundamentales que estructuran toda sociedad.


   Castillo siempre se encontró con una corrrelación de fuerzas contraria: Congreso, medios de comunicación hegemónicos, tribunal supremo y militares todos en contra. Nadie puede ser dictador sin contar con, al menos, apoyo militar y una parte de los otros poderes mencionados.


   Segundo, esta destitución demuestra que lo que señaló Lipset (1962) en relación a la importancia del "orden simbólico" en América Latina sigue muy vigente. Castillo, un maestro rural sin aval de élites económicas y raciales (aquí la clave en Perú), la tenía muy difícil.


   Con la noción de orden simbólico Lipset refería a una lógica de poder propia de las élites tradicionales regionales. Dicho orden tiene que ver con que cada quien esté en su sitio según lo que la lógica racial-colonial manda.


https://twitter.com/elvin_calcano24/status/1540347094518603780 


   En Perú, país andino donde la forma hacienda de raigambre colonial sigue definiendo subjetividades y estructuras sociales, racismo y clasismo son decisivos. Para las clases altas dueñas de Perú -y operadoras del poder real allí- Castillo era un "cholo" desautorizado para madar.


   Tercero, el caso Castillo da cuenta de cómo opera la lógica de construcción de verdades mediáticas que tanto he explicado. Como dije, mientras nos decían que nacía un nuevo dictador la verdad era que se estaba concretando la caída de un presidente que nunca tuvo poder real.


   El marco mental que se impuso hoy -que tristemente hasta gente progresista asumió- es que Castillo dio un "golpe de Estado". Pero eso es narrativa para generar efectos de verdad. Fácticamente es imposible un golpe sin poder militar y los militares no apoyaron nunca a Castillo.


   Es tan así que solo horas después de su decreto de disolución del Congreso -para lo cual estaba constitucionalmente facultado- fue arrestado por militares y policías que ya habían dicho que no acatarían su decisión. ¿Se dan cuenta cómo manipulan?, ¿cómo todo es mentira?


   Cierro: Pedro Castillo fue un pésimo gobernante. Intelectualmente descalificado -al parecer- cometió un error de manual: dar la espalda a sus bases más fieles para pactar con grupos que, por razones de ideología y clase social, nunca iban a respaldarlo realmente.


   Él mismo preparó el terreno para lo que pasó hoy. Sin bases movilizadas ni solvencia intelectual ni legitimidad frente a quienes en su momento votaron por él, era cuestión de tiempo para que lo destituyeran sin ninguna consecuencia. Una crónica de muerte anunciada.


   P.D. Creo que, tras estos acontecimientos, tomará fuerza un sentido común antipolítico en Perú. Un que se vayan todos. Lo cual sedimentará una superficie subjetiva favorable a discursos de ultraderecha que propongan "orden". Con graves consecuencias para esa ya débil democracia. 


Elvin Calcaño Ortiz

@elvin_calcano24


   


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