domingo, 3 de diciembre de 2017

DURO OFICIO

Da que pensar que una orden judicial provoque el abatimiento colectivo de los agentes condenados a ejecutarla, como recoge esta elocuente foto de Carlos Trenor. Duro trabajo ese de sacar a las personas de sus casas y echarlas a la intemperie a cambio de un sueldo bajo la fidelidad incuestionable al sistema legal que lo hace posible. Padres, hermanos y demás familia tiene todo el mundo, incluidos los más fornidos servidores del Estado. Más duro el suyo, dónde va a parar, que el oficio del juez o la jueza que, con mejor sueldo y mayor margen hermenéutico, da la orden de lanzamiento –hasta el eufemismo es un afilado sarcasmo jurídico– haciendo abstracción de los desahuciables de carne y hueso y ciñéndose a los códigos, la legislación vigente y el sursuncorda, que suele ser el personaje o la entidad que promueve el desalojo con fines de aprovechamiento económico. Aquí no cabe preguntarse cuándo se jodió este país, sino si alguna vez tendrá arreglo y nos dará tiempo a verlo.




Fotografía: Carlos Trenor



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