Llevamos
ya mucho tiempo denunciando las condiciones precarias de trabajo y
vida de quienes levantan con su esfuerzo, día tras día, la economía
productiva de nuestra tierra.
En las últimas semanas, diversos
conflictos han puesto en el centro de interés informativo el campo
de aquí. Por ejemplo, la tractorada que “tomó” Murcia por un
montón de horas, con caos circulatorio incluído, con oídos sordos
y “larga cambiada” de los gobiernos central y autonómico, hasta
“desactivar y desorientar” a dirigentes y movilizados, que se
autobloquean y delegan demasiado la solución de sus problemas en
algunas fuerzas (políticas) emergentes que ya sabemos a qué juegan,
porque lo estamos comprobando. Y aparecen nuevas plataformas, al
margen de las organizaciones agrarias tradicionales, como PRO-AGUA o
AGRO S.O.S. Sólo el pueblo salva al pueblo.
Por
cierto, también es pueblo esa amalgama de personas, de multitud de
orígenes, creencias, vivencias y anhelos, que hacen posible que
nuestro campo funcione. Pero quizás no las tratamos mucho como
personas, sino como “mano de obra”. Quizás por eso también se
producen “huelgas salvajes”, al margen de “los sindicatos”, o
se ponen en marcha nuevos sindicatos más funcionales y menos
“establecidos”, mediante auto-organización y empoderamiento
cooperativo de la gente.
Recuerdo
como, hace más de 30 años, un compañero de estudios, ya licenciado
universitario, se desplazaba desde el Noroeste hasta el Campo de
Cartagena, y dormía y malvivía en una caseta abandonada de un motor
de balsa, para ganarse el sustento. Hoy seguimos con estampas
similares, sólo que han cambiado los colores de la piel, las
creencias, y los orígenes de quienes ejercen el legítimo derecho a
la supervivencia.
¡Qué
contraste más grande con otras realidades! ¡Qué poco trato humano
garantizamos a las personas jornaleras temporeras! ¿Pasa esto con
quienes van a la vendimia francesa?
Nos
contaba, hace años, hablando de este tema, un huertano que volvió a
su Puente Tocinos, desde Argentina tras jubilarse, que él trabajó
por años como capataz de una gran finca, en zona fronteriza con
otros países del entorno, y se encargaba de negociar con los
dirigentes indígenas “del otro lado” las condiciones de pago por
el trabajo agrícola, y por supuesto, en la finca había una
Residencia para Temporeros. ¡Qué sugerente este relato!
Parece
mentira que nuestro pueblo, ayer y hoy migrante, que ha sufrido en
propia carne lo que supone esta movilidad forzada y forzosa (no por
espíritu aventurero, precisamente) no haya sido capaz de poner en
pie estrategias de atención de las personas temporeras (autóctonas
y migrantes) y exigir un esfuerzo conjunto de diferentes
administraciones y una coordinación dinámica y exhaustiva para dar
soluciones desde el humanismo, superando el mercantilismo explotador
y depredador.
Necesitamos
un Plan Integral para el Campo que incluya garantizar la dignidad de
todas las personas y fuerzas actoras. Tenemos que humanizar el campo,
y también regarlo de agua, de paz y de humanidad. Incluso
ecologizarlo, hacia un horizonte sin pesticidas cancerígenos ni
contaminantes.
Quizás
tengamos que re-pensar muchas cosas, y atrevernos a actuar y a abrir
nuevas vías. Sí se puede. Es cosa de audacia, e incluso algo de
valentía.
Es
posible regular de otra forma el campo, para que se limite el expolio
y la competencia desigual que introducen las grandes empresas de la
agricultura industrial, presionando a pequeños y medianos
agricultores. Es alcanzable que se pague a las personas un precio
justo por su duro trabajo, y se dignifiquen sus condiciones de
trabajo y de vida.
Con
la pistola del hambre apuntándote en la sien, se baja la cabeza y se
aceptan condiciones salariales de esclavitud, a veces se computa el
destajo muy mal pagado y se pueden cobrar hasta 10 euros por una
extenuante jornada al sol que más calienta. Muchas ETTs sólo son
Empresas que Trafican con Trabajadores, en su peor acepción. Y
muchos agricultores deberían tener más valentía y mirar hacia
arriba para pelear, en lugar de mirar hacia abajo para pasar la
patata caliente de la presión económica. Incluso mirar a su lado
para unir las manos y enfrentarse a quienes los maltratan y los
someten a prácticas mafiosas con el tema de las mentiras del agua.
Si
queremos que el campo funcione bien, y no sea una guerra cotidiana
que sólo acaba destruyendo a las personas, a las familias y a la
sociedad entera, tendremos que garantizar (no sólo escribirlo en
leyes que acaban siendo papel mojado y letra muerta) que se atiendan
necesidades de las personas trabajadoras temporeras y de sus hijos e
hijas: residencias, albergues, comedores sociales, escolarización...
Habrá
que ver cómo atender, en origen, a los hijos e hijas de las personas
emigrantes temporeras en la ausencia de sus padres y madres mientras
están trabajando en las campañas migratorias. Y conocemos a
personas de nuestro entorno que ahora mismo están en el exilio
económico, quizás a muchos kilómetros de aquí. Y también a es@s
nuev@s vecin@s que se hacinan en pisos patera o duermen en casas en
ruinas o cajeros automáticos, huyendo del hambre, de la guerra o de
la persecución política en sus países de origen.
Necesitamos
reforzar el alojamiento temporal en aquellos municipios en los que se
desarrollan campañas agrícolas de temporada. Y eso requiere un
esfuerzo conjunto de Administración-Empresas Agrícolas. Hay
pueblos, ahora mismo, donde literalmente NO hay nada para alquilar,
ni siquiera en modo extra-hacinamiento. Aquí tenemos urbanizaciones
fantasma, cuasi desiertas, o sea, muchas casas sin gente, muchos
bancos con casas,…al tiempo que mucha gente sin casas. Vaya cosa
más incongruente. ¿Se gobierna a favor de la gente?
Hay
otros escenarios donde mediante “esquilmación temeraria” se
sacan “demasiadas cosechas” a la tierra. El futuro puede ser
desertificado, quien lo desertificará, el buen des-desertificador
que lo des-desertifique, buen desertificador será. Por eso no hay
temporalidad, sino trabajo de-contínuo.
Se
producen desplazamientos diarios de miles de personas desde sus
lugares de “pernoctación” hasta los lugares de “explotación”.
Se duermen pocas horas, se conduce con somnolencia, se conduce
rápido, se vive rápido, y trágicamente, se muere “de pronto”.
Quizás
se nos ha olvidado ya el trágico accidente del 3 de enero de 2001 en
Lorca, que costó la vida a 12 “sin papeles” de nacionalidad
ecuatoriana, que fue el detonante de la Marcha por la Vida (andando
desde Lorca a Murcia) y una impresionante movilización que concatenó
encierros, plantones, huelgas de hambre, marchas y manifestaciones,
hasta alcanzar la victoria, en abril de ese mismo año, con miles de
tarjetas de residencia y trabajo, en un contexto muy adverso,
gobernando un tal José María Aznar, ese que aboga por eliminar lo
del Salario Mínimo y similares.
Por
supuesto, en estas condiciones, mal se puede ejercer una paternidad o
una maternidad adecuadas, si la esclavitud legalizada la impide y
acaba destruyendo estructuralmente las familias. Y no sé si esto
contribuye a poder crecer sanamente, e incluso a crecer feliz y sin
cultivar el odio en los corazones infantiles, que luego se hacen
adolescentes y juveniles.
Hay
quienes salen de su casa a las 5 de la mañana (antes deben haberse
preparado algo para comer) y vuelven a las 23 (11 de la noche),
hombres y mujeres. ¿Eso es vida?
Sin
olvidar la gran “informalidad” del sector: el trabajo sumergido,
generalizado, sin cotizaciones, sin contratos, sin seguros, sin
garantías de ningún tipo.
Sería
bueno que todas las personas, desde los impulsos éticos que mueven
nuestras vidas, basados en convicciones o en creencias, fuéramos
capaces de dejar de mirar para otro lado, y ofrecer y exigir
soluciones, movilizándonos desde la humanidad y el humanismo.
Sin
justicia no habrá paz. Y sin paz, el campo no tiene futuro. Y sin
campo nuestro, soberano, amable, al ritmo natural, no
industrial,...¿qué haremos?
Es
más fácil de lo que parece. Tenemos sol, tenemos agua, tenemos
gente trabajadora y “echá palante"... sólo nos falta querer
transitar a otro escenario posible, imprescindible.
Sí se puede. Con la gente PODEMOS.
@vichecervantes
Algún lugar de Sierra Espuña
07.06.2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario