Sofía Jesús Serra Giráldez glosa la publicación de Angel Muñoz "Como Ulises en una cacharrería"

Ángel Muñoz presenta este mismo sábado en Madrid su libro de poemas "Como Ulises en una cacharrería"

 

 

Llegó a mis manos un poco antes de que se publicara,  circunstancias accidentales de la vida. Cualqueira que conozca  su poesía y la mía sabe que ambas son formalmente tan distintas como la noche y el día...ay, pero lo que no sabemos, la mayoría de las veces, todos, es que noche y día no son más que el patrimonio común de este tiempo en planeta puesto en medida y nombre para poder organizarnos en medio del caos que aprentemente conformamos. Pero como la poesía hecha de verdad tal como Ángel la hace, va a la esencia de las cosas, a nadie puede extrañar lo que me pasó el otro día al intentar, en conversacion familiar, hablar de este poema de su libro que acababa de volver a releer. Y no lo diré, no, tú no lo dirás, ni ellos, mi abuela lo supo, su té y su torta de aceite Inés Rosales, y mis cualesquiera sentimientos de culpabilidad que desarrollamos esas tantas veces por mor del amor en nombre del cual alguna que otra vez optamos por ¿mentir?. La mentira es otra cosa. Tras leer el poema sé que Ángel y no sólo Ángel, sino yo también, todos, nos comemos las miles de galletas que nos dio su abuela.

 

 

Si un hombre con 33 años es capaz de ser fiel a sus emociones, es decir, asumirlas y expresarlas sin tapujos,  como en este caso mediante la poesía hace Ángel Muñoz, tiene más de media vida solucionada, al menos la mental y emocional, que como sabemos es la fundamental en este nuestro..."primer mundo" dicen.

Y los que tenemos la fortuna de  leerlo a él también.

Ésa es la grandeza de la Poesía, y eso es lo que Ángel logra con este su Ulises como en una cacharrería, que parafraseo su título, porque no es más, ni menos, que un sincero, limpio y honesto viaje de vuelta a "eso" de lo que en realidad nunca debemos ni podemos desprendernos,  nuestro auténtico yo, ese paraíso imperdible, sin trampa ni cartón, sin disfraces ni suspicaces cobardías.

Muchas gracias, Ángel. Y feliz presentación.

Sofía Jesús Serra Giráldez