DESDE Y HACIA LA CULTURA 2.0
Después de haber leído un ensayo de ficción en la Revista Quimera, escrito por Miguel Espigado (Novel Héroes), que me ha llevado a un artículo de Javier Calvo llamado “Por un libro Universal”:http://www.elpais.com/articulo/opinion/libro/universal/elpepuopi/20091224elpepiopi_11/Tes he comprendido bien la idea, la idea como verdad en constante realización, la idea como germen de un ocaso hacia una nueva era. Viendo el protagonismo que están teniendo las nuevas tecnologías, y entendiendo que toda escritura contemporánea fluye hacia un nuevo paradigma como lo es la literatura digital, he hallado el camino a seguir. En esta “travesía” en lo que a divulgación de una obra literaria se refiere, hay que decir que si queremos, poetas como yo, levantarnos de ese ostracismo el cual somos condenados por las editoriales, y en contra del cual no podemos luchar, nos vemos muchos en la obligación de tomar la determinación de publicar el trabajo de escritura en los blogs personales que cada uno tenga, o en los resortes que Internet pone a nuestra disposición. En mi caso, he decidido publicar mi trabajo en mi blog personal, y/o en otros periféricos para poner la primera piedra, o mi propio grano de arena hacia la emancipación total del autor, consagrado o no, de las riendas de la política editorial que somete, e impone sus parámetros, dispone de sus reductos, y evoca al hecho de convertirte en un puro outsider. Digo esto por sus negativas siempre objetando sus catálogos donde te marginan, o sus políticas siempre con un trasfondo de línea comercial y competidora, que es toda la meta posible que una editorial, sea pequeña o grande, debe tener si no quiere llegar a la bancarrota. Aunque es inevitable y utópico luchar contra tan terrible tsunami, devolverles así “el desprecio” al que estamos sometidos los escritores minoritarios, o los escritores del yo, siempre es como el que da puñetazos al aire. Se lee lo comercial, el estereotipo en la poesía es inevitable. Se debe leer a los poetas de mente universal porque son los poetas que dicen que hablan de las cosas que les pasa a la gente; aunque siempre serán los mismos aquellos que se acerquen a la lectura, o a la nueva literatura, ya sea la poesía o la narrativa o el ensayo. No se puede escribir para las minorías. Estás perdido sí escribes para los menos, aunque los menos sean a veces los que lleven la razón. Quiero escribir para que me quieran, dicen unos, o, quiero escribir para las masas dicen otros, o, me conformo con que me lean las minorías; todos ellos andan el sendero del agobio cuando comprenden lo que de verdad se les viene encima. Se debe escribir para uno mismo, desde uno mismo y para sí mismo. Sólo así se es original y es ahí donde un escritor encuentra una voz propia. Escribiendo para sí mismo uno no puede tener miedo, ya que es sólo tuya la opinión y eres tú el único lector que puedes tener, y en el hipotético caso de que tengas algún lector siempre te será fiel, ya que se es menos que una simple minoría. Sólo así se escribe con personalidad, sin miedo, con estilo propio y se es innovador en lo que se dice o se cuenta. En literatura siempre están bajo el yugo de la otredad consentida. Hay que abrir los conductos para que cualquier poeta pueda publicar su poesía con el derecho legítimo de que lo lean todos aquellos que lo quieran leer, o en menor caso, los que puedan leerlo, ya que estamos condicionados por la cultura de masas y se olvida, en muchos casos, la de las minorías, y mucho más, a la cultura del yo, que es como decir la nonada del onanismo. Y en esto Internet es donde entra en el juego.
Yo soy mi propia minoría, y sólo tengo oídos para lo que yo pueda decir. Sólo yo tengo mi verdad, y no me importa si me leen o no, no voy a sacar beneficio alguno, no va a bajar el nivel del ranking en mi estadística de ventas, no me van a traducir en otra lengua, no voy a hablar en ninguna conferencia, no percibiré dinero alguno; yo soy mi único lector y no me importa lo que puedan pensar los demás, yo soy el único que me va a leer y el que no polemiza consigo mismo.
En el artículo de Javier Calvo se habla de una autopublicación, donde el autor al no serle rentable la publicación por Internet y por formato gratuito de e-book, tal y como si lo sería al publicar su obra en formato papel, lo hiciese percibiendo beneficios con la publicidad en sus propios blogs o webs, o también haciendo conferencias, que es otra forma de ganar dinero, como tantas. Yo he optado por otra: no ganar nada de dinero. Nada. Cero. Soy humilde poeta, soy tan humilde que me veo, más que como poeta, como un mero aficionado; y no pretendo ser exclusivo en lo que a humildad se refiere. Es aquí donde entra en juego Internet, y por lo que la industria del libro en formato papel peligra, por que ahora la opinión de los lectores cuenta mucho más, y será más conceptual la demanda de los lectores ejerciendo su deber a la información que ellos quieran o precisen más oportuna. Ahora con un clic tienen acceso a lo que de verdad les interese. Considero que mi opinión como única, y legítima, y mía propia, debe darse gratuita, como el pan, como el agua potable, como la tierra, como el aire que se respira (esto tiene cierto aire de poeta del pueblo, pero debe de ser así, aunque tampoco me importe el pueblo y lo que él pueda decir al respecto). No soy mejor que nadie, ni soy un ejemplo. A Internet no tienen acceso los pobres del mundo, lo tienen las clases medias. Pero gracias a que así está cimentada nuestra cultura muchos poetas intentan vendernos humo cuando deberían vendernos oxigeno. Los escritores de ahora están algo preocupados por que se les acaba la gallina de los huevos de oro. Internet lo ha cambiado todo y la literatura no iba a ser menos. No voy a decir nombres, pero estos escritores preocupados no comprenden que ahora el mercado va a ser otro, y el lector no estará tan limitado como lo ha estado hasta ahora. O se es de derechas o se es de izquierdas, pues no; ahora hay gente que también es de arriba, o de abajo, o de centro, o extremista, y puede y podrá elegir tan sólo con un clic. Ahora la gente tendrá más variedad, su opinión ahora sí será escuchada. Unos escriben o cantan en replica de lo que otros piensan, y otros replican lo que estos piensan, escriben o cantan. Es un círculo vicioso. El cuento de nunca acabar. Ahora ya hay más opiniones y eso ya no les gusta tanto. Yo escribo para mí y no intento hacer daño ni a unos ni a otros. Me consuelo con mi propia verdad, y esta verdad deja de ser propiedad privada en el mismo momento que la hago pública. Esta verdad al ser publicada por Internet deja de ser mía en el momento que la cuelgo en Internet (como todo lo que en Internet circula). No quiero ser demagogo, solamente quiero hacer sensible una mirada. Hacer visible una realidad, la cual es alejada de la cultura como tal, para convertirse esa misma cultura en una cultura de elitistas, que también tienden a ser minoría. ¿Ustedes conocen a algún poeta que viva de la poesía? ¿Ustedes conocen el refrán de que mal de muchos consuelo de tontos? ¿Ustedes conocen el dicho de que sólo los locos desconocen acerca de su locura? Pues ahora la poesía tendrá menos valor del que ya de por sí tenía, aunque habrá más poesía colgada en la red, buena o mala. Ahora el consuelo de pocos será escuchado. Ahora hasta los locos tendrán su opinión, y no podrá ser negada o ignorada.
La pluralidad, la diversidad, ahora son un hecho aquí en Internet. Quizá sea un loco más el que opine desde su rincón-blog, no me importa lo que digan sobre tu/mi locura-opinión; la humanidad se contradice ella sola, yo también.
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Es posible hacer más poética la obra de un poeta, es posible hacer de la poesía parte de una herramienta entre todas las herramientas dentro de las conocidas como artes plásticas, fotográficas (cinéticas o fijas), o las artes musicales. Todavía es posible que un poeta haga más evidente, que resuene con más fuerza, que sea más cinética, literariamente hablando, su obra escrita. La literatura del hoy es tan poliédrica que causa vértigo asumirla. Se puede difundir la poesía a través de otra fuente poética, y es bajo el influjo de la plasticidad, de la imagen como acompañamiento a las palabras, de la música como parte de lo literario, del cine como resorte a las palabras, una suma de afiches como decía Julio Cortázar. Como parte de una mezcolanza que acompañe a la difusión de la palabra escrita. Al no buscar lectores, ni escribir para un público no tengo ninguna obligación, ni nada que perder, ni me debo a un público determinado, quien me quiera dejar de leer sólo tiene que clickear en la equis y asunto concluido.
La fusión entre cinética, entre imagen, entre música es un hecho debido a la ya conocida irrupción del apropiacionismo en nuestras vidas de solitarios poetas; ya conocido por la música y otras artes hace algún tiempo, quizá sea demasiado para no habernos dado cuenta mucho antes. La combinación de las artes como conducto o resorte hacia la yuxtaposición entre las artes modernas, y las artes plasmadas entre Mega-bytes debe concluir hacia y por el trasfondo de la literatura. Ha empezado un nuevo movimiento amparado entre la literatura y las artes plásticas, las musicales y las cinéticas, un nuevo recurso con muchas expectativas. Es el futuro de las palabras y las imágenes, los fotogramas y los pentagramas. Ya Goya en sus Caprichos y en sus Desastres de la Guerra intentó con palabras hacer más evidente la realidad de las imágenes. Me he sentido editando mi trabajo literario por Internet e intercalando en la misma imágenes (fotográficas o pictóricas) en consonancia con lo que se decía en las palabras. Es hacer lo contrario que hizo Goya, llevar la imagen a las palabras y no las palabras a la imagen, como él hizo en sus dibujos y aguafuertes. Empieza una nueva era, la digitalización de la literatura es el punto de encuentro entre las distintas formas de expresión. Es la unión de las artes y de la expresividad. Un nuevo camino empieza para el arte por que existe Internet. Como decía Jim Morrison, el mundo es nuestro y lo queremos ahora, pues ahora está a nuestro alcance. En nuestras manos.
Cecilio Olivero Muñoz es poeta y fotógrafo.
Comparto parcialmente tu opinión: la de una solitaria y humilde -por no decir muda- poeta no publicada que escribe para sí y que publica lo poco que publica en internet. Pero hay una cierta contradicción en tu discurso, o como le gusta decir a Bruno, una contractio terminus: si internet permite visibilizar es que en el fondo tú como autor que a ella recurre necesitas/buscas ser visible, buscar una mirada fuera de la tuya; porque aunque a priori y fundamentalmente se escriba, sobre todo se escriba poesía, para sí -y sobre ello publiqué también una opinión muy al principio de Alteridad-, clamar por el aprovechamiento de las ventajas de las TIC en el fondo es el consuelo de los pobres autores impublicados, o sea nosotros. Si crees que internet es provechoso, amigo, en el fondo es que buscas que alguien te mire, alguien que no seas tú mismo. Pretensión muy loable que yo comparto, pero atrevámoslo a decirlo!
ResponderEliminarEn segundo lugar debo decir que internet no es ninguna panacea. Es cierto que el mundo editorial tradicional está contaminado y cada vez más marcado por objetivos de mercadotecnica y productividad crematística, pero internet peca de lo opuesto: todo el mundo cree tener cosas interesantes que decir. Puede calificársele de democrático, tan positivamente connotado, pero yo no sería tan osada. Ni tan optimista.
Como tú, no quiero ni puedo ni pretendo vivir de lo que escriba, sea poesía u otra cosa. Pero te diré que me complace que me lea alguien que no sea yo.
Saludos desde la otredad;-)
Estoy totalmente contigo, en casi todo lo que dices, ya que cuando me refiero al hecho de escribir para mí mismo no me refiero al hecho o a la situación de que no me lean, sino al hecho de que no me siento influenciado ni influenciable por nadie ni por ninguna opinión. Y cuando digo que internet es el mal de cabeza de las editoriales, quiero decir con esto que ahora habrá más pluralidad en el aspecto de opiniones, y esto es fantástico, por que por fin el lector puede elegir con un clic, su opinión será escuchada (y en esto vuelvo a lo de antes), aunque internet no sea la panacea, si será el principio de una nueva era para que la industria editorial se plantee otro camino distinto.
ResponderEliminarGracias por tu comentario amiga.
saludos.