Alteridad.- ¿Qué factores o circunstancias te llevaron a introducirte en la creación literaria?
Raquel Bullón.- Siempre he creído que esta sensibilidad se la debo a mis profesores de Literatura y de Filosofía del instituto. Hoy en día no recuerdo muchos de los conocimientos que aprendí en aquel entonces, pero se despertó en mí una inquietud que me acompaña y me acompañará, y sin la que ahora no me entendería a mí misma.
Una vez que te aborda esa curiosidad ya no puedes parar. Empiezas leyendo, investigando, y acabas creando por pura necesidad de expresión. Es más fácil y menos comprometido expresar lo que uno es o siente bajo el nombre de “literatura” que bajo su propio nombre.
R. B.- Descubrí la poesía visual gracias también a mi profesor de Literatura. Nos habló de la exposición “Artefactos”, de Nicanor Parra, que en aquel momento se encontraba en la Fundación Telefónica. Yo tenía diecisiete años, fui a verla y me sorprendió. Después la olvidé, me entretuve escribiendo cuentos y poemas, y unos años después volví a acordarme de ella. Empecé a investigar y a leer sobre el tema y me fascinó de tal forma que desde hace unos tres años creo poemas visuales. Confieso que actualmente vivo enganchado a ella, casi que la respiro.
R. B.- Mi concepto de poesía visual es bastante amplio. No responde a una definición académica sino a una mera subjetividad. Mi formación no tiene ninguna relación con la Filología o la Crítica Literaria, lo que sé de este campo lo he aprendido de manera autodidacta e inspirada por mis impresiones y vivencias personales.
Para mí, la poesía visual es poesía en 3D, poesía que abandona la dimensionalidad del papel y abraza otras vías de expresión para multiplicar su potencial semántico. Eso conlleva que la poesía se perciba y se reciba también de una forma distinta. Para mí, poesía visual acoge desde los poemas de Brossa, los poemas objetos de Antonio Gómez, la fotografía de Chema Madoz, los collages, la ciberpoesía o las performances, hasta el proyecto del artista urbano SpY que lleva la poesía visual a la calle.
Guerra Santa
A parte de los autores que ya te he mencionado y de la larga lista de poetas e iniciativas que me he ido encontrando al investigar sobre este género, me ha influido y sensibilizado en gran medida el trabajo y el discurso de Valcárcel Medina, tan humilde como ingenioso y crítico.
Y desde luego, me han influido autores de otras manifestaciones; aquí destaco a escritores como García Montero o Galeano. Me llama la atención el arte que habla de la realidad sobre la que piso, los lugares comunes, las historias mínimas, -ya sea plasmada en la música, el cine, la pintura, o el desarrollado fuera de los circuitos académicos-.
R. B.- Comencé como los niños pequeños, dibujando con el programa Paint de Microsoft. Unía dibujos sencillos con texto. He empezado a usar otros programas más específicos de pintura, pero todavía sigo haciendo ese tipo de ilustraciones.
R. B.- Mis técnicas son muy sencillas. Me gustaría que mis conocimientos al respecto fueran más amplios para poder experimentar más y mejor, pero de momento mis herramientas de trabajo son mi tableta digital, mi cámara de fotos, tijeras y pegamento. Disfruto con los collages al uso tradicional, con los pequeños poemas objetos, y con el dibujo.
R. B.- Sobrevivir. Enfocar la realidad desde otras aristas más amables. Es poder cambiar lo que ves a tu capricho, es diversión, emoción y, por supuesto, ironía y crítica.
R. B.- Sin lugar a dudas, está unida al momento en que vivimos, donde lo visual es el mayor reclamo. Las nuevas tecnologías ofrecen una gran cantidad de oportunidades para fusionar la poesía con el vídeo, la música, los sonidos, el movimiento, la imagen. Pero no creo que sea una nueva o diferente forma de comunicación porque ya lleva realizándose desde antes del siglo pasado. Lo que pasa que las posibilidades que tenemos ahora están facilitando que la poesía visual se dé en otros formatos y se avance hacia una experimentación más profunda. Quizás lo que estamos viviendo en esta “Nueva Era Digital” son los últimos coletazos vanguardistas de la poesía.
R. B.- El libro se puede enmarcar entre la literatura hiperbreve y la poesía visual. Es un conjunto de microrrelatos donde se juega con el contenido y con la forma de las palabras.
Los microrrelatos son independientes y de hecho no están encuadernados ni tienen un orden fijo, aunque están enlazados por un hilo común que es el que da el título, “Entre cartones”. Los cartones le quitan el frío de la calle a muchas personas y entre esos cartones ocurren pequeñas historias a diario; y de pequeñas historias es de lo que está lleno el libro.
Una gran poeta. Te adoro!. Marta
ResponderEliminarEres genial Raquel...ahora lo entiendo todo. Besazos...Ali
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